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Fecha: Ene 1 2012


Una empleada, un artesano, un pintor y un comerciante rememoran para LA PRENSA GRÁFICA cómo La Palma vivió la primera ronda de diálogo entre Gobierno y guerrilla farabundista.
Escrito por Amadeo Cabrera

 

Tenían entre 24 y 28 años de edad aquel 15 de octubre de 1984 cuando José Napoleón Duarte y la comandancia general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se sentaban por primera vez dentro de la iglesia católica de La Palma, en Chalatenango, para buscar una solución política-negociada al conflicto armado que ya se cobraba decenas de vidas y causaba a su paso cuantiosas pérdidas materiales.

Aquella primera reunión entre las partes es vivida y recordada hoy, antes de los 20 años de la suscripción de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992, por cuatro habitantes de La Palma que fueron testigos de aquel histórico suceso. Ellos son: doña Alma de Valdivieso, empleada; don Jorge Alberto Santos, comerciante; don Alfredo Linares, pintor; y don Roberto Enrique Burgos, artesano. Cada uno trae a su mente el recuerdo de aquella fecha histórica y que marcó el inicio para futuros encuentros de pacificación entre el Gobierno y los representantes de la insurgencia.

“Aparecieron los comandantes del FMLN y los miembros del Gobierno que ya estaban acá esperándolos”, narra Linares. Al final del diálogo, recuerda De Valdivieso, “cuando se abrieron las puertas de la iglesia, dieron a conocer que se había iniciado un proceso y que hasta ese momento no había un acuerdo, pero sí fue el principio donde se sembró la semilla que germinaría después”.

Burgos, por su parte, comenta: “Ellos se reunieron adentro de la iglesia. Toda la gente quería ver. El parque era insuficiente para la gente que venía”. Santos dice: “Se reunieron adentro (de la iglesia). Eso abrió la esperanza para el pueblo salvadoreño y lo cual pues no fue truncado”.

De Valdivieso, Linares, Burgos y Santos ponderan los 20 años de suscripción, que están por celebrarse, de los Acuerdos de Paz; sin embargo, cada uno de ellos también reflexiona sobre la situación posguerra que se vive en el país. “El Salvador lo que clama es seguridad. No más eso”, pide Santos. Burgos, por su parte, reconoce que la palabra paz queda aún “inconclusa”. Mientras que Linares reflexiona: “Las secuelas de la guerra nos trajeron otras cosas que estamos sufriendo”. De Valdivieso comenta: “Vivimos otro tipo de violencia”.

La Palma, otrora escenario de fuertes combates entre tropas regulares e irregulares, está por cumplir 28 años de aquella fecha.