Pérez Molina inició el jueves una reforma de su gabinete de Gobierno en medio de escándalos de corrupción que han propiciado que varios sectores nacionales exijan su salida del cargo.
ACAN-EFE
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, canceló su asistencia a la beatificación mañana en El Salvador demonseñor Oscar Arnulfo Romero, confirmaron hoy a Acan-Efe fuentes gubernamentales.
Pérez Molina inició el jueves una reforma de su gabinete de Gobierno en medio de escándalos de corrupción que han propiciado que varios sectores nacionales exijan su salida del cargo.
Fuentes del Gobierno consultadas este viernes por Acan-Efe explicaron que «la situación solo permitía» que viajase el vicepresidente del país, Alejandro Maldonado, y el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Raúl Morales.
Este será el primer viaje oficial de Maldonado desde que asumió la Vicepresidencia en sustitución de Roxana Baldetti, quien renunció al cargo el pasado 8 de mayo tras verse implicada en un caso de corrupción, en la oficina recaudadora de impuestos, que ha estremecido al Gobierno.
Pérez Molina destituyó el jueves a los ministros de Gobernación, Mauricio López Bonilla; de Ambiente, Michelle Martínez; y de Energía, Edwin Rodas.
Rodas había asumido el cargo el viernes de la semana pasada tras la renuncia de su antecesor, Erick Archila.
En una conferencia de prensa en Casa Presidencial, el jefe del Estado anunció que había pedido la renuncia a todos sus ministros «por diferentes motivos», sobre los que no entró en detalle.
Pérez Molina solo precisó que el fin último de la renovación de su gabinete era imprimir un «mayor dinamismo» en el trabajo de las dependencias del Estado bajo su Administración, que debe finalizar en enero próximo
Mañana en El Salvador monseñor Romero (1917-1980) será beatificado en un acto al que se espera la asistencia de cerca de 300.000 personas.
Las autoridades salvadoreñas esperan la asistencia de los presidentes de Panamá, Honduras y Ecuador; de los vicepresidentes de Costa Rica, Cuba y Belice, y de misiones de México, Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos, Italia, Nicaragua y Uruguay.
El «martirio» de Romero, muerto cuando oficiaba misa el 24 de marzo de 1980, fue reconocido en febrero pasado por el papa Francisco a través de un decreto que estableció que el arzobispo de San Salvador fue asesinado por «odio a la fe».
