Estados Unidos y Honduras disputarán hoy en el Soldier Field de Chicago un partido por la supervivencia en el camino hacia el mundial de fútbol de Sudáfrica 2010.

Los estadounidenses llegan al encuentro como un lobo herido, tras el humillante revés de 3-1 frente a Costa Rica, en San José, que los bajó de la cima en la hexagonal clasificatoria, cuando algunos ya les auguraban boleto de ida hacia el continente africano.

“El partido ante Honduras es un gran desafío”, reconoció el director técnico estadounidense, Bob Bradley. “Vamos a enfrentarnos a un buen equipo, que además estará descansado y lo convierte en más peligroso aún.”

En territorio costarricense, la escuadra de las barras y las estrellas fue una sombra de otras actuaciones y no logró encontrar un esquema efectivo que colocara en peligro a su rival. “No estuvimos a la altura en ningún momento”, reconoció Bradley.

No obstante, el colombiano Reynaldo Rueda, técnico hondureño, comprende que el revés de los estadounidenses es un arma de doble filo, pues ahora jugarán con mayor ímpetu en busca de la victoria a sabiendas que no pueden darse el lujo de sufrir otro traspié.

“Si hubieran ganado, seguramente hubieran llegado más relajados contra nosotros”, indicó Rueda. “Ahora es de esperar que no se confiarán y tratarán de emplearse más a fondo.” Rueda expuso que es preciso “tener la madurez suficiente para saber que encontraremos a un rival muy diferente”.