El Salvador

Hubo fiesta… ajena

Publicado en 14 octubre 2009 por jrivas

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Agobiados por la crisis política que viven en su país, los hondureños encontraron un oasis en El Salvador, logrando el tercer boleto directo hacia Sudáfrica 2010 a costa de la Azul -y del empate tico ante EUA-, que no pudo cerrar su participación en la hexagonal de CONCACAF con una victoria en el Cuscatlán.

Escrito por Mario Ernesto Posada

La idea era que el juego de anoche ante Honduras fuera una fiesta para El Salvador. Una despedida por todo lo alto para los dirigidos por Carlos De los Cobos por el digno papel desarrollado por la Azul durante la hexagonal final de la CONCACAF.

Y hubo fiesta. Pero ajena. Los catrachos, unos 5,000 que llegaron a El Salvador haciéndose sentir en el estadio Cuscatlán, celebraron su clasificación a Sudáfrica 2010, la que será su segunda copa del mundo en la historia.

Bastó un gol de Carlos Pavón -sí, de Carlos Pavón, el que siempre le anota a El Salvador- al minuto 64 para que los catrachos, aprovechando el empate en el descuento 2-2 de los ticos ante Estados Unidos, volvieran a una copa del mundo luego de haber estado únicamente en España 1982.

La victoria hondureña dejó con un raro sabor de boca a la hinchada cuscatleca que anoche volvió a copar el Cusca, confirmando que la Azul, pese a quedar penúltima en la eliminatoria regional con ocho puntos, solo por encima de Trinidad y Tobago, volvió a enamorar a El Salvador. “Por lo menos clasificaron los hondureños y no los ticos”, fue el comentario generalizado una vez que terminó el encuentro, haciendo alusión al repechaje que Costa Rica deberá jugar contra Uruguay, el próximo mes.

El pretendido festejo para los salvadoreños -real para los hondureños- comenzó desde el mediodía. A esa hora ya podía verse a cientos de aficionados de uno y de otro lado buscando entrar al Cuscatlán.

Los catrachos, agobiados por la crisis política que se vive en su país, querían encontrar un oasis en El Salvador. Y lo encontraron. Pero les costó.

Y les costó porque el ambiente, aunque no fue hostil contra ellos, sí buscaba alentar con todo a una selección salvadoreña que tras 12 años de ausencia volvió a una fase final de CONCACAF y que incluso hasta la novena jornada -jugada el sábado pasado- todavía tenía chance de meterse en la pelea por un boleto mundialista.

Homenaje al míster

Una vez realizados los actos protocolarios, Carlos De los Cobos se llevó una prolongada ovación, luego de que sus pupilos desplegaran sobre la cancha una pancarta dándole las gracias por su trabajo y asegurándole que si él seguía con la Azul, llegarán a Brasil 2014.

Los azules buscaron por todos los medios congraciarse una vez más con el míster. Y De los Cobos desplegó un esquema 3-5-2 que hasta el gol de Pavón había servido para mantener a raya a los visitantes y con reales opciones de gol para los locales. Agrado quiere agrado, dicen los viejitos.

Conscientes de la calidad de Arturo Álvarez, el técnico catracho, Reinaldo Rueda, mandó a que lo marcaran en relevo. Siempre tuvo a dos rivales cerquita. Pero así como la bicolor intentaba controlar al salvadoreño, sus puntas de lanza -Pavón y David Suazo- eran neutralizadas por unos gigantes Marvin González y Alexander Escobar, apoyados por Manuel Salazar.

Por si fuera poco, Miguel Montes volvió a ser el de toda la eliminatoria, conjurando todos los mano a mano que tuvo, como el del ’19, cuando le ganó el mandado a Suazo, del Inter de Milán.

Sobre el minuto 34 de juego, era tan obvia la superioridad salvadoreña sobre el terreno que el técnico Rueda entró en un lapsus, protestando fuertemente una decisión del árbitro asistente y provocando que el central, Ricardo Salazar, lo mandara a los camerinos.

Sin embargo, cinco minutos después de esa acción, El Salvador tuvo que recurrir a su primer cambio tras la lesión de Cheyo Quintanilla, quien le cedió el lugar a Osael Romero.

Con otra atajada espectacular del “Mudo” sobre Suazo concluyó el primer tiempo, siempre con la esperanza cuscatleca de ganar y cerrar de manera invicta en el Cusca la hexagonal.

Para agarrar un poco de motivación, en el descanso la FESFUT por fin le rindió un homenaje a la Azul playera campeona de CONCACAF y que el próximo mes disputará el mundial de la disciplina en Dubái. “Ahí, ahí, ahí está el campeón”, gritó la gente.

Recién iniciado el segundo tiempo, Álvarez probó los reflejos del meta catracho Noel Valladares, al ’52. Y dos minutos después, Escobar sacó un “rastrazo” desde fuera del área que el portero visitante de manera aflictiva mandó al tiro de esquina.

Cuando parecía que era cuestión de minutos para que el gol salvadoreño fuera celebrado, llegó el turno de “la Sombra” Pavón. En la prácticamente única pelota que tocó durante todo el partido, el delantero aprovechó su especialidad, el juego aéreo, para marcar el único gol del encuentro.

A esas alturas Costa Rica estaba ganando en Estados Unidos. Sin embargo, tras el pitido final llegó la noticia de que los gringos empataron en Washington sobre el descuento. Festejo catracho por la clasificación. El Salvador tal vez lo haga en 2013 para ir Brasil, un año después.

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Pese a todo, gracias

Publicado en 14 octubre 2009 por jrivas

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No vamos a ir al mundial. No ganamos el último partido de la hexagonal. No cerramos como queríamos terminar. Pero… acaso eso es suficiente para no mirar atrás y reconocer que la selección se ganó el aplauso del respetable otra vez.

Escrito por Denni Portillo

Pavón, tenía que ser Pavón. “La Sombra”. Ojalá de verdad fueras una sombra, porque ya me aburrí de verte hacerle goles a la selección. Pero sabés qué: ojalá te vaya bien en el mundial. Yo prefiero quedarme con mi selección, la que ayer me hizo sufrir como lo hizo desde febrero del año pasado, desde la primera vez que fui vestido de azul -el color más lindo del mundo, el color del cielo- al estadio.

Y sí, hay que admitirlo: cómo nos gusta sufrir. Cuando es por la selección, por esta selección, al menos, vale la pena sufrir. Vale la pena llegar al estadio desde el mediodía y aguantar sol. Aguantar sed. Aguantar hambre. Hace ocho años también aguantamos todo eso y la recompensa fue un 2-5 en contra que no valía la pena. El 0-1 de ayer sí.

Porque se siente chivo pasar los primeros 45 minutos con la mara al lado, los que no he visto nunca antes en la vida ni volveré a ver después. Se siente chivo, a la par de todos ellos, mentarle la madre al rival; más si es la de Cuauhtémoc Blanco o Pavón. Se siente chivo tirar las bolsas de miados y ver a quién le cae. Y eso solo nos lo regala y permite la selección.

No importa que muchas pelotas terminen en malos pases. Allá atrás está Alex “la Rastra” Escobar para contener a David Suazo. Perdón, pero qué malo sos viejo. Una de dos: o “la Rastra” es mejor que vos o a Mourinho le gustan grandes y negros… Bueno, sin comentarios.

Además, en la portería está Miguel Montes. Gracias, Miguel, por todas las tapadas. Por las que le hiciste a Costa Rica, a México, a Estados Unidos y ayer a Honduras. Ahora seguí tapando con el Aguilita como con la selección, por favor.

Sigamos contando, que ellos siguen jugando. No tenemos los jugadores en ligas europeas de renombre como ellos, pero miren como la tocan Cristian Castillo con Arturo Álvarez, y este con Ramón Sánchez, y este con Eliseo Quintanilla. ¡Pum! Allá va la patada del hondureño, lesionado Cheyo, aplaudan, mara. Cheyo, gracias por los goles contra Panamá, esos goles de los que todos nos acordaremos cada vez que nos pregunten cuál ha sido el partido más agónico del que tengamos memoria alguna.

Lástima que esos goles siempre nos hicieron falta en los momentos claves. Ayer también. Mirá como hace a un lado el defensa hondureño a Williams Reyes; gracias por nacionalizarte sin pedir casas ni dinero, vos sí sabés lo que se siente ser salvadoreño. Mirá como tapa el portero de ellos el tiro de Escobar, como saca la vaselina de Arturo. Algún día… algún día… algún día esos goles que nos hemos tragado podrán salir en todo su colorido, folclor, pasión y expresión.

Allá van los orines. Esta bolsa es por la victoria sobre México. Esta por la de los ticos. Esta otra por los malinchistas (porque nunca faltan los p… asmados que ayer decían que la Azul ya estaba vendida y que no pagarían ni $2 por ir a ver a la selección). Esta otra solo porque tengo ganas de aventar otra.

Allá va Rudis Corrales de cambio. Gracias por el gol a Costa Rica. Al menos nos dio esperanza y vida unas cuantas semanas más. Pero es que no es paja, nos falta gol. Nos faltó en la mayor parte de la eliminatoria. La regamos, nos los acabamos contra Anguila. Ojalá no nos falten dentro de cuatro años.

Y es que ojalá dentro de cuatro años esta selección siga el proceso que todos como afición queremos. Se me olvidaban las gracias más importantes de todas: GRACIAS, PROFE DE LOS COBOS, por devolverle la ilusión a un país, por hacer que otra vez El Salvador jugara buen fútbol, gracias. Gracias, Manuel, Marvin, Mardoqueo, Deris, Alfredo, Sánchez, Osael, Cristian, Arturo, Rodolfo, todos los que estuvieron antes en el proceso y hoy ya no están. Perdimos ayer, y qué, ¿acaso no se han perdido partidos antes? ¿Acaso no nos hemos quedado eliminados de mundiales antes? Nos vemos en Brasil 2014.

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De los Cobos, no te vayás

Publicado en 14 octubre 2009 por jrivas

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La afición ya había expresado su deseo de que el míster continúe al frente de la Azul y anoche se unieron a la petición sus mismos pupilos.

Escrito por Gabriel Campos Madrid

No fue la mejor despedida para Carlos De los Cobos. La derrota, esa que no estaba contemplada en sus planes ni en los de ningún salvadoreño, desbarató toda la fiesta y la alegría preparada.

El sentimentalismo y la congoja perdieron la batalla ante la tristeza y la desazón de haber perdido el invicto en el Cuscatlán y ver cómo el vecino, el rival celebraba en propio césped.

De los Cobos, que anoche se vistió de gala -y se hizo acompañar del saco que no ocupó en los juegos anteriores de la eliminatoria-, se lo tuvo que tragar incómodo y a la fuerza. Su fiesta, la de homenaje hacia su equipo, se truncó de la nada. En seco.

Así como lo tomó fuera de lugar la forma en la que Carlos Pavón cabeceó y anotó al minuto 63, de la misma manera lo deslumbró la pancarta que de la nada los jugadores de la Azul extendieron en el campo para agradecer el trabajo hecho por el entrenador mexicano.

“Esperamos que siga con nosotros… juntos llegaremos a Brasil 2014”, fue la frase final con la que los seleccionados buscan retener a su técnico. Al mexicano más querido en El Salvador.

Pero no fueron los únicos. En sol general también hubo quienes pidieron la continuidad del míster.

“Gracias por hacer crecer y creer en el fútbol salvadoreño. No te vayas”, imploraron algunos aficionados que aprueban con creces lo hecho por el estratega azteca, así como también lo hizo toda la afición que se congregó en el estadio Cuscatlán.

“De los Cobos, El Salvador te agradece la nueva cara del fútbol nacional”, se leyó en otro sector del estadio, cuando todavía los equipos no saltaban a la cancha. Minutos después, todo el Cuscatlán se unió para un solo motivo. Más de 20,000 personas brindaron una ovación a De los Cobos, cuando en el sonido local se escuchó su nombre. Mayor premio y mejor petición de seguir al frente de la selección, ninguna.

El trámite del juego le hizo al mexicano perder la compostura. Uno que otro aplauso, que después se convirtió en regaños para sus muchachos, sobre todo cuando no se hacía lo que estaba en el libreto estudiado. Adiós saco para el segundo tiempo.

Sin embargo, incluso con derrota incluida, De los Cobos es el elegido por la afición -quien sabe si por los dirigentes- para construir el sueño del próximo mundial. Al menos así lo dejó sentir todo el público. Ahora a esperar si eso se hace realidad.

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Que la despedida sea una fiesta

Publicado en 13 octubre 2009 por jrivas

1753376_0Por De los Cobos, por la Azul, por El Salvador. La hexagonal termina hoy. El sueño que duró un año y se acabó el pasado sábado finaliza este día y la selección cierra su participación recibiendo a Honduras, que espera un milagro que le permita ir al mundial. Pero el Cusca, catrachos, se respeta.

Escrito por Denni Portillo

El Salvador disputa hoy el último de 10 partidos que pocos -por no decir nadie- creyeron que se jugarían. El último de la hexagonal de la CONCACAF hacia Sudáfrica 2010. El que pone punto final a una eliminatoria en la que la Azul fue de la desconfianza a la incredulidad, de la incredulidad a la euforia, de la euforia a la ilusión y de la ilusión a la satisfacción.

Ya la Azul no tiene ninguna posibilidad matemática de conseguir clasificar a la copa del mundo, ni de buscar aunque sea el repechaje, y recibe a una Honduras que lucha por el único boleto disponible, y cuyo premio de consuelo es el repechaje contra un equipo suramericano. Argentina o Uruguay, probablemente. Gran premio de consuelo.

Pero eso es lo que podría tocarle a los catrachos si El Salvador hace bueno el que se ha convertido en su bandera para este encuentro: ganar por el honor.

El pulgarcito de Centroamérica es la única selección de la hexagonal, junto a México y Estados Unidos, que no ha perdido ninguno de sus juegos como local. Dejó escapar puntos en dos empates, sí, pero no ha perdido. Hoy que es la despedida de la hexagonal es cuando menos que nunca debe hacerlo.

Para eso se ha mentalizado el grupo. “Lo que nosotros tenemos que pensar es buscar un buen resultado para despedirnos bien de la hexagonal y de nuestra afición, ese debe ser nuestro objetivo, no con la intención de beneficiar a ninguna otra selección”, opinó Carlos De los Cobos, técnico de la Azul.

Definitivamente que es por el honor, pero también porque la afición quiere cobrarse una deuda pendiente con Honduras. Hace nueve años, el punto de quiebre que marcó el declive del fútbol salvadoreño fue una derrota ante los catrachos. El 2-5 de 2000, que muchos hondureños sueñan con repetir.

Pero si ellos quieren repetir esa goleada, también los cuscatlecos buscarán no solo cerrar con honor, no solo amargar una hipotética clasificación hondureña, sino repetir una historia que no es tan diferente a una ocurrida hace 14 años.

Hace casi tres lustros, cuscatlecos y catrachos fueron parte de la cuadrangular final de la CONCACAF -junto a México y Canadá- para definir al representante de la región para la copa del mundo de Estados Unidos 1994. Ambos llegaron a la última jornada ya sin ninguna posibilidad de clasificación, y tampoco existía el repechaje. En un partido donde El Salvador también se jugaba solo el honor, ganó 2-1 y cerró de manera decorosa esa cuadrangular.

Sería importante repetir ese triunfo para sacar la espina de 2000, pero también para acabar con esos 14 años que la Azul tiene sin vencer a la bicolor en eliminatorias mundialistas. Ese 2-1 fue el último triunfo cuscatleco sobre su hermano centroamericano.

Para poder llevar a cabo la gesta, De los Cobos todavía no ha dado a conocer sus planes, aunque es un hecho que no contará con Mardoqueo Henríquez ni con Julio Martínez, castigados por acumulación de tarjetas amarillas, y se esperaba también por Rodolfo Zelaya (ver nota en página 109).

Al final, independientemente de quienes salten, la Azul espera dar una última noche gloriosa hoy a su afición, una despedida que pueda terminar en fiesta, una despedida que no sepa a eso, porque mañana arrancará entonces el sueño para dentro de cuatro años. Pero eso será mañana, hoy toca cerrar la hexagonal. Hoy toca celebrar.

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A dar la cara, por honor

Publicado en 12 octubre 2009 por jrivas

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Pese a que la selección salvadoreña ya no tiene ninguna posibilidad, ni siquiera matemática, de llegar a Sudáfrica 2010 directamente ni con repechaje, sus jugadores se han mentalizado en ganar el último partido de la hexagonal, mañana a Honduras, por honor.

Escrito por Denni Portillo

Se retrasó hasta donde se pudo, pero la selección salvadoreña, hoy sí, ya no tiene ninguna posibilidad de ir al mundial Sudáfrica 2010. Con los últimos tres puntos en disputa, los seis que lo separan del cuarto clasificado, Honduras, son un abismo imposible de sobrepasar. Empero, cuando solo resta un partido para cerrar la hexagonal final de la CONCACAF, hay una última misión en la que los jugadores se han mentalizado: no perder ante los catrachos.

Por varios motivos. El principal de ellos, el honor. El trabajo realizado hasta la fecha, en el cual no se ha perdido en el estadio Cuscatlán en la hexagonal, además de haberse mantenido con vida en la fase mucho más tiempo de que muchos lo pensaron, son las motivaciones que tiene la Azul para decir que saldrá a buscar los tres puntos mañana.

“Tenemos que cerrar de la mejor manera, porque como salvadoreños hemos logrado un respeto de todas las selecciones. Entonces, no vamos a botar eso a la basura por un partido, no vamos a permitir que venga Honduras a intentar ganarnos ni vamos a ser trampolín de ninguna selección para llegar al mundial”, confiesa Miguel Montes, portero de la Azul, quien tampoco ve con buenos ojos la confianza que varios medios de comunicación catrachos mostraron ayer, asegurando que la clasificación que perdieron el sábado la conseguirían sin problemas en el Cuscatlán.

“Pueden hablar lo que quieran, pero no va a ser así, estamos en casa, con nuestra gente y tenemos que cerrar de la mejor manera esta eliminatoria, sabiendo que hicimos muchas cosas positivas”, desafía “el Mudo”.

Con ideas similares se expresó también Manuel Salazar, quien recordó que mientras la selección estuviera en la hexagonal, se iba a hacer el mejor papel posible: “Sabemos que ya no hay posibilidades (de ir al mundial), pero hay muchas cosas que podemos mantener, ratificar, y hay que tratar de hacerlo”.

Esos puntos positivos, esos avances, son los que más mencionan y a los que más hacen referencia los seleccionados y el cuerpo técnico. El mexicano Carlos De los Cobos, entrenador principal de la Azul, negó rotundamente que el partido ya no tuviera trascendencia al no jugarse ninguna posibilidad El Salvador.

“Hay que tomar el partido con mucha responsabilidad, es necesario terminar bien la participación aquí en casa, hay que tomar el partido con esa mentalidad. Sabemos que será difícil porque Honduras está necesitada de ganar para buscar clasificar, me parece que va a ser un buen partido”, consideró el azteca.

Además, su discurso no fue compartido solo por los jugadores, sino por sus mismos compañeros del cuerpo técnico. El chileno Álvaro Briones resaltó sobre todas las cosas que “el Coloso de Monserrat” se hizo respetar a lo largo de la hexagonal, y hay que mantener eso.

“Acá le temblaron las piernas a México, a Estados Unidos, a Costa Rica. Al único a quien no le temblaron fue a Trinidad y Tobago, pero porque le temblaron al árbitro, que tenía en el estadio al presidente de la CONCACAF”, expresó.

“Aquí en casa hemos tenido buen rendimiento. En el cuadrangular perdimos uno por querer ganarlo -ante Costa Rica por 1-3-, porque íbamos empatando y lo terminamos perdiendo. Que la gente sepa que aquí manda El Salvador, la Azul, el equipo se hace sentir. Si ganamos, podemos decir que estamos entre los mejores de Centroamérica”, agregó el chileno, fiel a la sintonía de todo el grupo, la sintonía que dice que mañana sigue estando prohibido perder, que el Cuscatlán se respeta.

“Tenemos que demostrar que somos un equipo de alta competición, somos consistentes. En el Cuscatlán manda El Salvador, la Azul.”
Álvaro Briones, preparador físico de El Salvador

“No vamos a permitir que venga Honduras a intentar ganarnos ni vamos a ser trampolín de ninguna selección para llegar al mundial.”
Miguel Montes, portero de El Salvador

“Sabemos que ya no hay posibilidades (de ir al mundial), pero hay muchas cosas que podemos mantener, ratificar, y hay que tratar de hacerlo.”
Manuel Salazar, defensa de El Salvador

“Es necesario terminar bien la participación en casa, hay que tomarlo con esa mentalidad. Será difícil porque Honduras necesita ganar.”
Carlos De los Cobos, técnico de El Salvador

“Acá le temblaron las piernas a México, Estados Unidos, Costa Rica. Al único que no fue a Trinidad y Tobago, pero le temblaron al árbitro.”
Álvaro Briones, preparador físico de El Salvador

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Una selección digna

Publicado en 11 octubre 2009 por jrivas

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El Salvador se mantuvo con vida hasta la novena jornada de la hexagonal, en la que se ganó el respeto de los equipos del área.

Escrito por Denni Portillo

Así como cuando se planificaba enfrentar a Anguila. Como cuando el rival era Panamá. Como muchos dudaron en la ronda de grupos. Así, nuevamente, volvió a aflorar el sentimiento malinchista de muchos previo al arranque de la hexagonal. Que el grupo previo era el más fácil -de hecho, lo era-, que solo se sufrirían goleadas, que soñar con el mundial era eso, un sueño.

Al final, de todo lo anterior solo la última aseveración terminó confirmándose. La selección salvadoreña ya no tiene posibilidad de clasificar a Sudáfrica 2010, ni con boleto directo ni con repechaje, pero no fue goleada -con excepción del juego en el Azteca- y volvió a ganarse el respeto de CONCACAF.

Su pecado fue perdonar en casa. Ahí, donde jugó las dos primeras jornadas de la hexagonal y dejó escapar cuatro puntos, en sendos empates contra Trinidad y Tobago y Estados Unidos. En el primero, perdía 0-2 y salvó hasta el 2-2. En el segundo, ganaba 2-0 y se dejó igualar al mismo marcador. Las dos caras del fútbol. Los cuatro puntos que hoy, más que nunca, se lamentan.

Esos ya nunca se recuperaron, por más cerca que se estuvo. De las cinco visitas de la hexagonal, se perdió 1-0 en Costa Rica, 1-0 en Honduras, 1-0 en Trinidad y Tobago, 2-1 en Estados Unidos, y el 4-1 contra México.

Con excepción del juego de visita contra los aztecas, en ningún choque la Azul fue menos que su rival. Siempre propuso a la ofensiva, defendió bien, tuvo llegadas de peligro, y en las pequeñas desconcentraciones -esos pequeños detalles- los rivales mataron.

Lo mejor, la localía

Al menos, y hasta los cuatro partidos jugados en el estadio Cuscatlán, la Azul no ha perdido. Dejó ir puntos, pero no perdió. A los empates contra los trinitenses y gringos siguieron dos victorias que serán recordadas, tanto por dulces, como por históricas.

La primera fue la del 6 de junio. Llegaba el, dizque, gigante de la CONCACAF, México, después de 12 años de no poner un pie en suelo cuscatleco y había que recibirlo con todo ese morbo guardado tanto tiempo.

Hubo mascarillas, pitos al himno azteca, mentadas de madre como hace mucho no se oían, y dos goles cuscatlecos que firmaron una victoria que hace 14 años no se disfrutaba. La selección de Carlos De los Cobos tenía un partido más para su galería y la afición una fecha histórica más que agradecer.

El otro juego fue la victoria sobre Costa Rica de la octava jornada, y que permitió llegar con vida al Azteca. El miércoles viene Honduras. Se cierra la hexagonal, no se hizo realidad el sueño, pero la realidad de esta Azul se ha disfrutado como que fuera uno.

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La noche que nadie olvidará

Publicado en 11 octubre 2009 por jrivas

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Además de la victoria sobre México en la hexagonal, esta Azul será recordada por la milagrosa clasificación del 22 de junio de 2008.

Escrito por Denni Portillo

Parecía que ya todo estaba perdido, que el sueño mundialista estaba muerto, que habría que esperar otros cuatro años para disputar una eliminatoria, y que Panamá confirmaba su paternidad sobre El Salvador.

Cuando todo eso sucedía y el reloj casi marcaba la finalización del partido de vuelta de la segunda fase eliminatoria de la CONCACAF entre canaleros y cuscatlecos sucedió el milagro más grande que los salvadoreños habían visto en mucho, mucho tiempo.

Una escapada de Luis Anaya por el sector derecho del campo terminó con el mismo defensa probando a portería, con un tiro que se desvió en el hombro de José Martínez. El desvío terminó con la pelota en el fondo de las redes y la clasificación más increíble de la que tengan recuerdo las diferentes selecciones salvadoreñas de fútbol.

Fue ese el epílogo de una serie que -por la misma poca credibilidad que todavía tenía el proceso- muchos daban por perdida antes de iniciada. Panamá era el equipo de más crecimiento en la CONCACAF en los últimos años, y El Salvador una selección que intentaba salir de las sombras de sus últimos años.

Panamá recibió el primer encuentro. Apelando al orden, la Azul soportó 21 minutos hasta antes de cometer su único error de ese encuentro y permitir que los canaleros anotaran el tanto del triunfo, por medio de Luis Tejada.

Una anotación le bastó a Panamá para conseguir esos tres puntos, y una dosis extra de prepotencia para considerarse ya clasificados a la ronda de grupos, y para venir a El Salvador a negarse a dar una sola entrevista, a creer que acá también podrían salir celebrando un gane.

Ese 22 de junio

Pero ese 22 de junio estaba destinado a quedar marcado como una de las fechas históricas para el balompié nacional. Porque ese domingo 22 de junio, más allá del rival al que se derrotó, se dio el paso que abrió las puertas definitivas para que muchos volvieran a creer en la Azul.

Muchos, como muchos fueron los que llegaron ese día al “Coloso de Monserrat”. A tragarse el primer gol panameño, apenas a los 14 minutos, y el diluvio que se vino después hasta que terminó la primera mitad.

Pero nadie se movió. Todos se quedaron y creyeron en el milagro. Ese que se comenzó a construir sobre el minuto 69, cuando Eliseo Quintanilla anotó un soberbio tiro libre que botó el agua de las redes panameñas que, liberadas de ese peso, parecían ondear cada vez que la Azul se acercaba al área canalera.

Se llegó el ’80, la falta sobre Cheyo, el penalti y la ejecución: 2-1 y 10 minutos para anotar un gol más y clasificar a la siguiente fase.

Pero el tiempo se acababa, y el gol no llegaba. Era el masoquismo en su máxima expresión. Hasta que aparecieron Anaya y Chepe, el gol, llanto y celebración, la selección clasificada a la ronda de grupos de la eliminatoria a Sudáfrica 2010. La hexagonal estaba a un paso.

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El último paso a la hexagonal

Publicado en 11 octubre 2009 por jrivas

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El Salvador solo administró fuerzas para superar a Haití y Surinam, y clasificar, después de 11 años, a la hexagonal.

Escrito por Denni Portillo

Ya El Salvador había conseguido lo que parecía más difícil: eliminar a Panamá. En el grupo esperaban Costa Rica, Haití y Surinam. En comparación de cómo estaban conformados los otros dos grupos, a todas luces, el de la Azul era el más asequible.

Por tanto, el objetivo final había dejado de ser un sueño y estaba, en realidad, al alcance de la mano: regresar a una hexagonal final. Los ticos eran el rival más complicado, los haitianos con quienes se lucharía por la segunda plaza, y Surinam otro misterio que, sin ser como Anguila, no tenía que dar tantos problemas.

Dicho y hecho, así arrancó la ronda de grupos, con la visita a San José en la que solo la ingratitud y desgracia de un penalti fallado por Eliseo Quintanilla evitó sorprender a los ticos, que luego sí harían efectivo un tiro desde los 12 pasos, que se quedaron con los tres puntos. Mientras, en el Caribe, haitianos y surinameses se hacían daño mutuamente empatando 2-2.

La segunda jornada era la visita de Haití, campeón del caribe al estadio Cuscatlán. Era necesario dar un golpe de efecto, y el encargado de hacerlo fue Rodolfo Zelaya, que debutó como goleador en la selección, y por partida triple, en una noche que terminó de fiesta, con un 5-0 que empujó a la Azul hasta el segundo puesto del grupo.

Viaje, y aparecen las dudas

La siguiente estación era Paramaribo, Surinam, el territorio suramericano que, por alguna razón, está adherido a CONCACAF, para beneficio cuscatleco en este caso. La visita se encarriló con dos goles sobre los primeros 15 minutos, pero después fue como que los goles azules se quedaron perdidos en el Triángulo de las Bermudas, porque la selección comenzó a dudar, y permitió el repunte local.

Por primera vez en mucho tiempo, la selección volvió a desordenarse y a sufrir. Surinam encimó, y solo su misma ingenuidad impidió que anotaran el descuento, además de encontrarse con la figura de Juan José Gómez, quien atajó un penalti y devolvió la tranquilidad al corazón de todos los salvadoreños.

Con las dos victorias en la bolsa, y las combinaciones de los otros partidos, la Azul podía sentenciar su regreso a la élite de la CONCACAF en la cuarta jornada de la ronda de grupos, pero para ello debía ganar a Haití como visitante.

Empero, la selección apostó por lo seguro. No arriesgó más de lo que muchos hubieran querido y aguantó un empate sin goles en el caribe que, igual, le dejaba servida la fiesta para la quinta jornada, cuando se recibía a Surinam.

No se esperaba que la visita fuera incómoda. Menos cuando, en 27 minutos, ya se ganaba cómodamente por 2-0. Pero, otra vez, se volvió a celebrar con un regusto a amargo.

El segundo tiempo fue hasta frustrante. La selección creó cuanta oportunidad quiso de gol, pero no definió ninguna, y la ansiedad se terminó traduciendo en darle la pelota al rival, que volvió a encimar, como en Paramaribo, pero que solo encontró red cuando su capitán anotó un autogol que dio la tranquilidad definitiva, y el boleto de regreso a una hexagonal, a El Salvador.

El cierre de grupo fue una prueba de poder. Cuscatlecos y ticos eran los clasificados a la hexagonal, por lo que podría considerarse una antesala de lo que se vería en la hexagonal. Pese a comenzar ganando, El Salvador todavía no podría derrotar a los ticos, y perdió 1-3. Empero, la hexagonal ya era una realidad.

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Qué hubiera pasado si…

Publicado en 11 octubre 2009 por jrivas

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Los “hubiera” existen desde que existe la humanidad, y son tan inciertos como la misma. Hoy que El Salvador está, matemática y definitivamente, eliminado del mundial Sudáfrica 2010, muchos “hubiera” aparecerán. Y aunque nunca se sabrá en realidad qué hubiera pasado, y cuál sería la respuesta a las preguntas y las dudas sobre aquellas cosas que interfirieron en el camino de la Azul; sí sirve para reconocer dónde estuvo el yerro, y dónde debe ir el remedio.

Escrito por Denni Portillo

Sí. En las victorias todos quieren tomarse una foto y en las derrotas todos son generales. En El Salvador -que el sábado cayó derrotado en el estadio Azteca ante México, por 4-1 y dilapidó las pocas opciones que todavía tenía de estar en Sudáfrica 2010- abundan los unos y los otros. Empero, al cierre de esta eliminatoria, con mucho trabajo bien hecho y otro poco de cosas que hay que corregir, queda un tiempo para valorar los “hubiera” de esta Azul sin caer en el pasionismo, mucho menos en la frustración.

Porque cada uno de esos “hubiera”, precisamente, hubiera podido significar que la selección tuviera un final diferente en esta hexagonal. Aunque nunca se sabrá si este sería clasificada a Sudáfrica, disputando un repechaje, o quedando eliminada con más anticipación.

Lo cierto es que cada uno de esos “hubiera”, al menos, no pudieran ser hoy marcados como los errores de un proceso que satisfizo a la mayoría, sorprendió a la mayoría, e ilusiona -de acá a cuatro años- a la mayoría.

¿Qué hubiera pasado…

… Si Carlos De los Cobos nunca hubiera tenido los problemas que tuvo para enfrentar los primeros partidos de la hexagonal? Esos en los que la comisión normalizadora era presidida por Rodrigo Calvo, quien vivió en eterno conflicto con la primera división, derivando en que el técnico mexicano no contara con el tiempo necesario con los jugadores en sus convocatorias.

¿Qué hubiera pasado si los precios de las entradas para el arranque de la hexagonal, ante Trinidad y Tobago, no hubieran sido tan prohibitivos -todavía se recuerdan los $8 que había que pagar para ir a sol general- para la afición, que apenas y pudo hacer que “el Coloso de Monserrat” estuviera a la mitad?

Quizá se hubieran podido preparar mejor esos encuentros. Quizá Trinidad y Tobago hubiera sentido la verdadera presión del estadio Cuscatlán antes de irse en ventaja 2-0, y quizá no se hubiera quedado sin aire la Azul cuando tenía la misma ventaja sobre Estados Unidos. Vale recordar que en esos dos empates se perdieron cuatro puntos.

¿Qué hubiera pasado si la selección hubiera tenido siempre una cancha segura donde entrenar, y no hubiera tenido que ser el cuerpo técnico de la Azul el que se rebuscara por ver dónde hacerlo?

Quizá entonces ese mismo cuerpo técnico hubiera preparado con más tranquilidad sus partidos. No se hubieran perdido o retrasado entrenos, generando estrés que, a la larga, pesaba a la hora de los encuentros. Más allá de eso, quizá no fuera ese uno de los, aparentes, puntos principales que hacen dudar a De los Cobos sobre si renovar o no su compromiso con la selección salvadoreña.

¿Qué hubiera pasado si en cada una de las primeras convocatorias hechas por De los Cobos se hubiera cumplido con el calendario planeado, y no hubieran siempre aparecido las ausencias en los entrenos; los jugadores que no llegaban porque el club decía que no les habían avisado; los que no llegaban porque el club se negaba a prestarlos; los que no llegaban porque una nube había tapado el sol?

De no haber sido así, se hubiera dedicado menos tiempo y menos espacio para conocer de los pleitos personales de federativos con dirigentes, se hubiera desgastado menos el técnico de la Azul, y se hubiera polemizado menos en problemas trascendentes con motivos más que intrascendentes.

¿Qué hubiera pasado si los dirigentes federativos hubieran reclamado o se hubieran quejado de los malos -por no llamar pésimos- árbitros que tuvo El Salvador en varios partidos de la hexagonal?

Basta recordar el del mexicano Marco Antonio Rodríguez contra Trinidad y Tobago, que no pitó dos claros penaltis a favor de la Azul. El del hondureño José Pineda, cuando se visitó a Estados Unidos, que dio más tiempo que el que había marcado al final de la primera mitad, y que fue donde cayó el gol de la victoria gringa.

O el peor de todos, del también azteca Benito Archundia, quien se paseó en la Azul por partida doble, y ambas en el estadio Cuscatlán. Primero en el choque con los gringos, al no sancionar un penalti por una clara falta de Frankie Hedjuk sobre Cristian Castillo; y después ante Costa Rica, cuando tampoco validó un tanto del mismo Castillo que sobrepasó la línea de gol.

Quizá entonces no se llorarían los puntos que se lloran por haber perdido. Quizá hoy nadie se preguntaría qué hubiera sido. Quizá hoy alguien tomará apunte de eso y corregirá para el futuro.

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90 minutos Sábado en el Azteca

Publicado en 10 octubre 2009 por jrivas

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Carlos De los Cobos mandó a la cancha un raro 4-1-5 sin un delantero nato, que no logró dañar a México; y que, en el segundo tiempo, se desarmó, sobre todo por el pobre desempeño de los cambios.

Escrito por Denni Portillo

En los ya tres años que Carlos De los Cobos tiene al frente de la selección salvadoreña, quizá ningún planteamiento táctico sorprendió -y pareció tan raro-, como el de ayer.

Era la acostumbrada línea de cuatro al fondo. Siempre Ramón Sánchez delante de ellos. Pero adelante, ayer la Azul no tuvo un punta nato durante todo el primer tiempo. De los Cobos optó por una línea de cinco jugadores de vocación ofensiva, donde Julio Martínez y Cristian Castillo jugaban por los costados y el centro era un triángulo entre Osael Romero, Arturo Álvarez y Eliseo Quintanilla.

Empero, ese rondo que el profesor quiso crear para sostener la pelota y atacar en bloque terminó dejando libre de hacer lo que quisiera a Rafa Márquez, puesto que no presionaban adelante, y el defensor del Barcelona comenzaba a armar a placer las jugadas del “Tri”.

Además, las bandas pesaron, y mucho. Manuel Salazar no siempre bajaba a tiempo y, sobre todo en la izquierda, a Deris Umanzor se lo comieron los nervios, creando dos vías libres para las incorporaciones mexicanas, que no terminaron en nada peor solo debido a los relevos precisos de Marvin González y Mardoqueo Henríquez.

Pese a entregar la pelota a los norteamericanos, estos no aprovecharon su mayor posesión, lo que quedó demostrado en que solo pudieron irse en ventaja finalizado el primer tiempo gracias al desafortunado autogol de Marvin.

Empero, el trabajo que se pudiera considerar bueno del primer tiempo se arruinó en el segundo. Obligados a buscar el empate, se llegaron los cambios, ninguno de los cuales hizo las cosas mejor de quienes salieron.

Primero fue la llegada de Rudis Corrales por Arturo Álvarez, que había sido el más propositivo a la ofensiva. De los Cobos arriesgó quedándose con los cuatro volantes que más se conocían y un punta, que, al final, se ahogó en la altura.

Luego aparecieron Salvador Coreas y Juan Carlos Moscoso, por Osael Romero y Eliseo Quintanilla, respectivamente. Si el medio campo cuscatleco tenía ligeros intentos de arrancar, con la llegada de los dos primeros no terminó de carburar. Raros los experimentos, raros los cambios, demasiado duro el resultado.

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Infografía animada de la Selecta
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Tabla de posiciones

Equipo
PJ
G
E
P
GF
GC
Pts.
  Estados Unidos 9 6 1 2 17 11 19
  México 9 6 0 3 16 10 18
  Costa Rica 9 5 0 4 13 13 15
  Honduras 9 4 1 4 16 11 13
  El Salvador 9 2 2 5 9 14 8
  Trinidad y Tobago 9 1 2 6 8 20 5
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