El puñetazo que le propició Guillermo Franco a Alfredo Pacheco mereció tarjeta roja directa para el delantero mexicano; sin embargo, el árbitro central, el tico Walter Quesada, a pesar de haber visto la acción de frente prefirió hacerse “el del ojo pacho”. Quizá porque apenas habían pasado 25 minutos no lo hizo.
Pero no fue lo único que dejó pasar el costarricense. También Osael Romero, por una entrada por atrás, mereció la amonestación, pero Quesada dijo no.
Otro de los errores del silbante se dio en el penalti que solo él vio de Manuel Salazar sobre Guillermo Franco. El ex delantero del Villarreal recargó el cuerpo sobre el defensor nacional y se dejó caer sobre el engramillado. Quesada ahí compró lo aparatoso que hizo ver “el Guille” la caída.
Donde no se equivocó fue en el penalti que Óscar Rojas provoca. El defensor se barrió, luego de la llegada de Julio Martínez, y el mexicano no logra esconder su mano e interrumpe el trayecto de la pelota.
En lo que tampoco se equivocó fue en la tarjeta amarilla que le mostró a Rodolfo Zelaya en el segundo tiempo. En esa jugada, el delantero de la Azul, cuando ya vio por perdida la posibilidad de llegar a la pelota. después de una gran acción individual, decidió lanzarse a la piscina para tratar de sorprender.
Y el que salió con la cara de sorpresa fue “Fito”, puesto que Quesada le dijo que no estaba para caer con las mentiras, aunque la del “Guille” sí se la creyó.