La selección nacional no rompió la mala racha. El Salvador continúa sin ganar en Honduras.

Escrito por Gabriel Campos Madrid

Un error, un gol. Una falta sobre Alexander Escobar, una gran jugada de Ramón Núñez y una definición a lo Carlos Pavón: simple y venenosa. No hizo falta más para que las estadísticas -los fríos números- se mantengan en contra de la selección nacional.

No fue necesario que Honduras fuera incisivo, punzante, dominador absoluto del juego para que la historia no se pudiera cambiar y El Salvador continúe sin ganar en suelo catracho en las eliminatorias mundialistas.

Con el de ayer ya se cuentan siete los juegos que la Azul ha disputado en los estadios hondureños y en ninguno de ellos ha podido salir victorioso.

Desde 1969 -específicamente el 8 de junio- en la primera ocasión que ambos equipos se midieron, los datos están en contra de la Azul. En aquella ocasión fue, al igual que ayer, un 1-0 en contra, cuando ambos países se enfrentaron por primera ocasión, con motivo de la eliminatoria hacia el mundial México 1970, al que El Salvador terminó clasificando.

Después de ese juego, lo más que ha conseguido rescatar El Salvador jugando ante los hondureños en condición de visitantes es un empate a cero, el 14 de marzo de 1985.

Y ayer no se pudo romper la hegemonía. Ni siquiera la dosis de motivación y confianza que brindó el haber derrotado a México 2-1 el sábado anterior y el hecho de mostrar un volumen de juego alto a lo largo de la hexagonal fueron suficientes para cortar la mala racha que sigue a la representación nacional que más allá de ganar en Anguila -que jugó de local en Washington- y Surinam, y empatar en Haití no ha podido puntuar en todo lo que va de eliminatoria. De siete juegos, luego de cuatro ha tenido que regresar con la cabeza baja.
Lo tiene medido

Lo que tampoco se pudo cambiar es la paternidad que Reinaldo Rueda, entrenador de la “H”, mantiene sobre Carlos De los Cobos.

Ambos estrategas se han enfrentado en seis ocasiones, de las cuales cinco han sido victorias a favor de Rueda, por tan solo una del mexicano, que sucedió ya hace poco menos de dos años, cuando el 8 de agosto de 2007, con goles de Luis Anaya y Víctor Merino, la selección nacional ganó un juego amistoso que se disputó en el estadio Cuscatlán.