Llegó la hora de la verdad. Lo dijo Carlos De los Cobos y estoy de acuerdo. El Salvador se va a enfrentar al mejor equipo de la CONCACAF, por ahora. Desde octubre pasado que Estados Unidos no juega de visitante. Y aquella derrota frente a Trinidad fue con suplentes y ya clasificados. Las tres salidas anteriores, Barbados, Guatemala y Cuba, las ganaron por la mínima diferencia superando todos los obstáculos extrafutbolísticos.
Habrá que ver cómo responde el equipo de Bradley a un campo hostil como el Cuscatlán en esta primera salida en cinco meses. El manejo psicológico del partido desde su inicio será clave y vital.
Costa Rica jugará con los nervios de México, pero el recuerdo obsesivo y excesivo del “Aztecazo” le puede jugar en contra al equipo de Kenton, que tendrá que mostrar mucha personalidad, sobre todo. No es lo mismo jugar de visita en Granada que en el Azteca, al cual le cabe la población entera de uno de los primeros rivales de los ticos. Es hora de que México empiece a engranar, de que muestre su perfil futbolístico, bipolar y discontinuo hasta ahora. Y lo tendrá que hacer con un equipo que no tendrá a varios titulares entre lesionados y suspendidos, pero que tendrá en la altitud de México a su mejor aliado.
Y habrá duelo de técnicos colombianos en el Caribe. La Honduras de Reynaldo Rueda contra la Trinidad y Tobago del “Pacho” Maturana. Se miden dos de los equipos más irregulares de la hexagonal, que aún así deberían ser protagonistas a la hora de la verdad.