Washington, DPA
Bradley reiteró en una teleconferencia su “respeto” y el de sus jugadores por el conjunto mexicano, y aseguró que el partido que se disputará en el estadio del Columbus Crew, en el estado de Ohio, tiene todos los ingredientes de “un gran encuentro”.
Mexicanos y estadounidenses se medirán en la primera jornada del hexagonal final de la Confederación de Fútbol de Centro y Norteamérica y el Caribe (CONCACAF), en el que también participan Costa Rica, El Salvador, Honduras y Trinidad y Tobago. Los tres primeros al final del torneo se clasificarán directamente a la justa mundialista. El cuarto clasificado disputará un lugar en una eliminatoria directa con el quinto clasificado de Sudamérica.
Además de enormes rivales, México y Estados Unidos son los grandes favoritos en el hexagonal, y cualquiera que no sea una clasificación directa de ambos al Mundial sería una enorme sorpresa.
En las rondas anteriores, ante rivales más débiles, Estados Unidos mostró su habitual superioridad pero México sufrió inesperadas derrotas ante Jamaica y Honduras y un empate ante Canadá que sembraron algunas dudas.
Bradley, sin embargo, no se fía. “La ronda previa fue rara para ellos”, aseguró. “Creo que levantaron el pie del acelerador”, agregó. El técnico aseguró que el equipo mexicano y su entrenador, el sueco Sven-Goran Eriksson, sabrán manejar la presión de la hinchada y la prensa mexicanas: “Eriksson tiene un excelente historia allá donde entrenó, y estoy seguro de que ellos no permitirán que demasiado de lo que está volando a su alrededor interfiera con su mentalidad”.
Respecto al partido del miércoles, Bradley señaló a Pardo, recién regresado del Stuttgart alemán al América, como clave para frenar la creación en el centro del campo mexicano. “Sabemos que Pardo es un jugador increíblemente importante para ellos, así que necesitamos cerrarlo rápidamente, ponerlo bajo presión y hacer el partido difícil para él”, afirmó Bradley.
Además de eso, Bradley espera que las condiciones jueguen a su favor. Para ello, por tercera vez consecutiva ante México, la Federación Estadounidense determinó que el choque se juegue en Ohio. De esa manera espera evitar que las gradas estén repletas de emigrantes mexicanos y que además el frío sea incómodo para el visitante.
“Hay una posibilidad de lluvia el miércoles y espero que el césped esté rápido”, aseguró. “Con seguridad en un partido como éste, empezando esta ronda, la expectación es que el partido comience a un tempo muy rápido, y queremos estar preparados para eso”, agregó. “Creo que hay buenas sensaciones jugando aquí”.
El entrenador estadounidense afirmó que la motivación de sus jugadores está asegurada. “Se puede ver, por la manera en que todos (los jugadores) llegaron, que están centrados y hay una sensación de excitación por jugar contra México”.
Respecto a sus propios jugadores Bradley reconoció que tienen ventajas e inconvenientes sobre sus rivales mexicanos. La ventaja es que la mayoría juega en Europa y están habituados a jugar con el frío que puede hacer en Columbus el miércoles.
“Creo que las condiciones aquí el miércoles se ajustarán mucho a las condiciones en las que se entrenaron y jugaron” en Europa, afirmó.
Al mismo tiempo, sin embargo, muchos de sus jugadores son suplentes y disfrutan de pocos minutos, mientras que los mexicanos son casi todos titulares en sus equipos. “El hecho de que algunos chicos no juegan mucho es una preocupación”, sentenció.