Carlos De los Cobos ya sabe lo que debe saber sobre Estados Unidos. Por eso es que su pensamiento está concentrado y definido en cómo le jugará al gigante de la CONCACAF. Zonas de marca bien definidas, pelota al piso para no prestársela a los gringos y concentración, mucha concentración, son las claves.
Escrito por Denni Portillo/Gabriel Campos
Contrario a anteriores encuentros de esta eliminatoria, el esquema con que El Salvador afrontará el partido de eliminatoria mundialista ante Estados Unidos el próximo sábado no es una incógnita. El mismo entrenador de la selección salvadoreña, el mexicano Carlos De los Cobos, ha trabajado y dado por sentado que la Azul dejará su acostumbrado 3-5-2 para pasar a un más convencional 4-4-2.
Solventado ese problema, el mexicano da rápido vuelta a la página y demuestra tener claras muchas cosas: su conocimiento del juego de los norteamericanos y cómo intentar contrarrestar sus armas. Fue ese, precisamente, el análisis que el estratega hizo ayer.
Primero, ¿por qué la línea de cuatro? De los Cobos responde y da dos razones. Una de ellas es la fácil adaptación del equipo al esquema. “Cuando ha habido necesidad de modificar, el equipo toma mayor fortaleza. Cuando lo hemos necesitado, el equipo ha respondido”, dijo.
El otro motivo responde más a intereses esquemáticos, de pizarra. “Nos enfrentamos a un rival que juega de la misma forma siempre, con un 4-4-1-1 o 4-4-2, y que explota mucho los costados, (entonces) es necesario fortalecer en el aspecto defensivo las bandas”, señala el entrenador de la Azul.
Entonces, ¿cómo?
Siendo así, y a partir del trabajo realizado en los dos días que el grupo ha estado entrenando, la formación 4-4-2 le permitiría a El Salvador “tener tres jugadores comprometidos por los costados: el extremo que juega abierto, el lateral y un volante más”.
Para ponerlo con nombres, por ejemplo, por la derecha, Manuel Salazar, Julio Martínez y Osael Romero -de jugar los tres- serían los encargados de obstruir por ese sector el paso de Heath Pearce y DaMarcus Beasley, lateral y volante de llegada de los norteamericanos en el partido que los gringos vencieron a México 2-0 y que podrían repetir en el once inicial de Estados Unidos en el estadio Cuscatlán.
Lo mismo ocurre por la izquierda. Ahí serían Alfredo Pacheco junto a Romeo Monteagudo o Cristian Castillo -si se recupera de su lesión- y Eliseo Quintanilla quienes tendrían que tener cuidado frente a Frankie Hedjuk (lateral) y Clint Dempsey (volante).
Pero además, De los Cobos también presta atención al centro del equipo de las barras y las estrellas, puesto que reconoce cuán importante es en su rendimiento ofensivo el papel que juega Landon Donovan.
Pensando en intentar neutralizar al jugador es que el estratega considera ubicar únicamente a Ramón Sánchez en la contención. “En los últimos partidos (Landon) ha estado como punta y como enlace. De repente, Donovan va a caer en la marca de uno de los dos centrales y en otro momento será Ramón el que tenga que seguirlo”, explica.
¿Y al ataque?
La primera premisa ante Estados Unidos definitivamente que será no romper la concentración para evitar recibir goles. Pero ahí mismo donde termina la primera preocupación inicia la segunda, consistente en cómo atacar a los gringos.
“No puedo estar mandando el mensaje solamente en lo defensivo. Indirectamente es decirles que solo hay que defender”, dice De los Cobos, para luego agregar: “Hay que estar muy ordenados y concentrados, pero vamos a trabajar la otra parte también porque tenemos jugadores que tienen mucha visión de juego ofensivo. También confío que podamos hacer daño”.
La clave a la ofensiva sería no caer en el mismo error en que, considera el míster, cayó México en el primer choque de la hexagonal. “A México lo obligaron a equivocarse, a tirar la pelota larga porque sus dos centrales -Oguchi y Bocanegra- son muy altos. Nosotros tenemos que ser precisos, no dividir la pelota porque estamos en desventaja”, explicó. El libreto táctico ya está escrito. Solo queda afinarlo, pulirlo y aplicarlo.