“La FIFA nos exige que en un partido no se corra ningún tipo de riesgo y verificaremos que el estado de las instalaciones deportivas estén a un 100% para ser utilizadas.”

Rafael Callejas,presidente FENAHFUT

El terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter que sacudió ayer a Honduras tuvo impacto en el estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula, sede del juego que el próximo 10 de junio tiene programado la selección catracha contra El Salvador por la hexagonal final de la eliminatoria de la CONCACAF.

Según los reportes preliminares, el sismo —que también se hizo sentir en suelo nacional— hizo que dos muros perimetrales que dan acceso al parqueo en la zona de palco sur cayeran debido al fuerte temblor que ha registrado hasta hoy cinco personas fallecidas.

Debido a esto, y a pesar de que la inspección realizada ayer por el Comité Permanente de Contingencias (COPECO) dice que no existen daños estructurales dentro del Olímpico que puedan hacer pensar en un posible cierre, el presidente de la Federación Hondureña de Fútbol, Rafael Callejas, dijo que el dictamen no es suficiente para saber si el choque se realizará ahí o pasará a otra sede.

“La FIFA nos exige que en un partido no se corra ningún tipo de riesgo y verificaremos que el estado de las instalaciones deportivas estén a un 100%”, expresó Callejas.

Por su parte, Víctor Hugo Estrada, director de competencias de UNCAF, añadió que serán FIFA —y unos evaluadores del organismo— y las autoridades del país hondureño los que tomen la decisión de definir si el juego del 10 de junio se desarrollará en San Pedro Sula o si será trasladado para Tegucigalpa.

Por el momento, Honduras —con la tranquilidad de saber que ningún familiar de algún seleccionado sufrió percances— se prepara para enfrentar a Estados Unidos el próximo 6 de junio.