La cuna del corazón y el país del compromiso, los colores de su bandera y la nacionalidad del aprecio. El míster no cantará ningún himno mañana en el Azteca.

Escrito por Cristian Villalta

El profesor Carlos De los Cobos, seleccionador salvadoreño, respira confianza. Aunque cansado luego de los ajetreados días de concentración (además de que esta entrevista se realizó poco antes de las 10:00 p. m. del miércoles pasado), se sienta amablemente en la terraza del Hotel Mirage, y con las luces de Santiago de Querétaro, esta ciudad en la que se lo quiere como a pocos, da una entrevista en la que, aunque evitando los lugares comunes, se termina en el más común de los lugares: el futuro que todo El Salvador quiere contra el futuro que es posible.

Profesor, Rodolfo Zelaya fue convocado para la fecha doble. Sin embargo, el club León no lo liberará sino hasta el sábado, argumentando que no es alineable este 10 de octubre sino hasta el 14, contra Honduras. ¿No le molesta esta falta de palabra de los directivos mexicanos?

Realmente no sé qué ha sucedido, no sé si el reglamento respalda al club para que ellos no nos lo hayan brindado antes, o si el reglamento no tiene nada que ver y ese equipo decidió no prestarlo. Llegaron Julio Martínez y Cristian Castillo sin ningún inconveniente, no así Fito. Ya hablé con nuestro delegado (Roberto Solórzano) para que averigüe qué ocurrió.

Hay un trascendido de los periódicos mexicanos según el cual la selección se entrenó en tres canchas distintas en Santiago de Querétaro por “falta de liquidez” de la comisión normalizadora. ¿Algún comentario sobre este asunto?

(Sonríe) Me causa gracia eso, realmente nos entrenamos acá porque, como ustedes se han dado cuenta, tenemos amigos, contactos y facilidades en Santiago de Querétaro, gente que influye a nuestro favor. Incluso nos entrenamos dos veces en el estadio La Corregidora, que es complicado de conseguir hasta para el mismo club Gallos Blancos de esta misma ciudad. Se trata solamente de gente irresponsable, de periodismo irresponsable que escribe sin tener verdadero conocimiento de lo que pasa.

En el fondo de esa actuación hay una subestimación del fútbol salvadoreño, una tendencia a relativizar nuestros éxitos, que no ha sido exclusiva de México…

Pues… no lo he pensado, me he concentrado en mi trabajo, en el entrenamiento con los muchachos, pero puede ser que en algunos momentos no nos den un reconocimiento como selección o como federación, aunque ahora no hay federación sino que una comisión normalizadora y por esa razón traten de subestimarnos, de menospreciar nuestras capacidades, pero no sé por qué quieren generar una imagen negativa de nuestro fútbol.

Pasemos a lo futbolístico. ¿Cuál es el balance de la concentración en Santiago de Querétaro?

Pienso que hemos ganado en todos los aspectos, físico, idea de juego, aspectos tácticos, se me empieza a aclarar la intención, la idea para el sábado. Ha sido muy bueno, estamos a un par de días de tomar algunas decisiones más, pero fue buena concentración, la integración fue rápida porque los muchachos ya tienen asimilada la idea básica, tienen rato compartiendo y conviviendo juntos, por eso no nos cuesta mucho que se amolden en lo humano y en lo futbolístico.

Por lo que vimos en los entrenos, en los que usted planteó situaciones específicas de juego para que los jugadores reaccionaran de un modo puntual, usted ya se imaginó el partido. Compártanos dos o tres cosas que seguramente ocurrirán en esos 90 minutos…

Pues de entrada, México nos presionará desde el silbatazo y desde nuestro medio campo para sorprender en pos de un gol que los motive y que nos desequilibre. Es una situación que estamos trabajando, que tenemos planificada. Nuestro equipo debe ser sólido y ordenado desde el inicio. Por otro lado, tenemos clara la intención del equipo de Javier Aguirre de atacar permanentemente por los costados, con jugadores que tienen velocidad, como Efraín Juárez, como Barrera, y por la izquierda Salcido, Andrés Guardado. Debemos tapar bien los costados, ajustar las marcas a tiempo, con comunicación, sin dudas, controlando debidamente el ancho del terreno juego.

En lo ofensivo, debemos hacer daño. México ha mejorado, hay que decirlo, pero tiene sus debilidades. El hecho de que Rafael Márquez vaya a jugar, aunque no tenga ritmo de juego porque tiene meses de no alinear con ellos, puede favorecernos. Y México no se ha visto con una defensa sólida, debemos explotarlo sabiendo que nosotros tenemos gente rápida, con mucho manejo de pelota, que les puede ofender.

¿En qué medida puede ayudarnos la ausencia de Giovani Dos Santos y la posible suplencia de Cuauhtémoc?

Periodistas mexicanos me lo han preguntado mucho. Para nosotros, no nos extrañaría que alguno de ellos finalmente juegue, pero no nos interesa. México tiene una gama importante de hombres que pueden suplirlos, para nosotros no es motivo de exceso de confianza, tenemos que concentrarnos en lo nuestro.

¿Cómo están los ánimos del grupo? La presión mediática ha sido fuerte, sobre todo la que han percibido Cristian Castillo, Julio Martínez…

Nuestros jugadores siempre han sido valientes, decididos en la cancha, son jóvenes, hoy (el miércoles) tuvimos una charla con ellos en la que quise evaluar cuál es su sentimiento, su percepción, y vi un grupo convencido de lo que quiere. Son jóvenes, a alguno de ellos puede asaltarlo de repente el nerviosismo natural, y ahí aparece el grupo para arroparlo, pero los veo seguros, claros de que es una oportunidad de demostrar que la selección de El Salvador tiene capacidad, buen fútbol. Hemos tenido rivales con la calidad de México, talvez no en un escenario con las características del estadio Azteca, y nuestro equipo ha hecho buenos trabajos. Confío en que conforme pasen los minutos nos iremos acomodando, asentando en la cancha, y eso nos generará confianza y seguridad.

¿Novedades tácticas respecto de lo que se ha trabajado en las anteriores cuatro visitas de la hexagonal?

No, la realidad es que el equipo ha jugado bien, talvez no se nos dieron los resultados pero nuestro conjunto ha tenido consistencia, orden, llegada. Cuando algo funciona, hay que darle continuidad. Quiero ver cómo viene Eliseo Quintanilla -la entrevista fue pocos minutos antes de que el jugador se sumara a la concentración. Se reportó lastimado de una rodilla-, viene desde muy lejos, no sabemos en qué condiciones físicas está. También quiero ver a Julio Martínez para saber si está para ser titular o ser un recambio. El hecho de que el equipo nos haya inspirado tanta confianza tiene que ver con la continuidad de la idea, de la alineación, que se traduce en seguridad.

Continuidad… Tengo dos preguntas para usted que tienen que ver con eso. No son preguntas, son fechas: la primera es octubre 15 (luego del juego contra Honduras).

Octubre 15… jueves. Híjole, mi ilusión enorme es que estemos celebrando un repechaje cuando menos, claro. Ojalá que así sea.

La otra fecha es 1.º de enero de 2010…

Bueno, vamos a ver qué pasa. Me han preguntado muchos colegas suyos mexicanos y les he dicho lo que siempre digo con toda franqueza: que soy muy feliz en El Salvador, que la gente me trata de maravilla, que la gente desea que continúe y que para mí es una posibilidad. Hay que esperar a que termine esta hexagonal, ver qué sucede con nuestra selección, para luego sentarnos a platicar con nuestros dirigentes. Hay una posibilidad, ¿por qué no?

¿Este grupo de jugadores cierra el próximo miércoles una gran etapa o está iniciando una gran etapa?

Este grupo no está concluyendo, este grupo está para iniciar una etapa e ir mejorando, es un equipo joven, que ha ido convenciéndonos a todos, a mí como técnico. Yo le voy a decir una cosa, se la dije a los muchachos: ahora soy un mejor técnico que lo que era hace tres años, y eso es gracias a los muchachos, yo le debo muchas cosas a los jugadores de El Salvador. El hecho de que ahora se hable de que Carlos De los Cobos es candidato para dirigir a tales clubes en México, de que le ofrezcan este o aquel proyecto, tiene que ver con lo que los muchachos me han ofrecido y nos han regalado.

Una última pregunta. ¿Cuántos himnos cantará mañana?

Ninguno, ninguno y usted me va a ver. No voy a cantar el himno mexicano por respeto a El Salvador, a la selección que defiendo. Soy mexicano pero no voy a cantar el himno como no he cantado el himno salvadoreño aunque lo siento por dentro porque no tengo la nacionalidad. Por respeto a El Salvador, no voy a cantar el himno mexicano.