El 16 de noviembre de 1997, en el último partido de la hexagonal a Francia 1998, Estados Unidos derrotó, en una Boston cubierta de nieve, 4-2 a El Salvador y terminó de hundir el sueño de los cuscatlecos de ir a una copa del mundo.
En el ’63 de ese encuentro, Raúl Díaz Arce se paró en el punto de penalti y batió a Jorgen Sommer -quien había entrado de cambio en lugar de Brad Friedel-, no solo anotando el segundo tanto cuscatleco de ese encuentro, sino el último gol que una selección salvadoreña mayor le ha podido anotar a su par estadounidense.
Desde entonces, han pasado 11 años y seis encuentros. Dos eliminatorias mundialistas y seis derrotas. En Copas de Oro, un amistoso y los dos últimos partidos por la clasificación a Alemania 2006. El Salvador no ha podido sacudir la red gringa en ya 567 minutos.
Producto de esa misma falta de gol frente a los norteamericanos es que se ha perdido cuanto encuentro se ha disputado con ellos desde 1997.
De estos, el 2-0 ha sido el más acostumbrado, puesto que se ha producido en cuatro ocasiones. Las dos restantes fueron 4-0. Los goles se quedaron congelados aquella fría tarde de Boston.