Los años que pasó en España no cambiaron a Javier “el Vasco” Aguirre. Es más, acentuaron su manera de ser, de hablar, de dirigirse a la gente.
Javier Aguirre Onaindia no se siente ni menos, ni más, ni el salvador, ni el más importante ahora que regresa a la selección mexicana. Solo es el técnico. El mismo Javier Aguirre de hace 50 años.
-“¿Le hablo de usted o te hablo de tú?”, pregunta.
-¿Hablo con el míster o con Javier Aguirre?, responde el periodista.
-“Ni con el míster ni con el profe. Hablás con Javier. El mismo güey… Debo ser el mismo que siempre han conocido”, dice sin vacilar.
Muy frontal. No se queda con nada, pero también ataja de entrada cualquier pregunta que le pueda significar o crear alguna polémica.
Específicamente del pasado, el de la selección mexicana al menos: “No quiero opinar, no quiero opinar de lo que sucedió antes de que llegara aquí. No hablaré de un colega”.
Así que vamos hacia el frente. “El Vasco” habla de su paso por Europa, del material humano con que cuenta “el Tri”, de figuras y de “vacas sagradas”. De todo. Es palabra de Aguirre.
De Europa a México
Es claro que el concepto europeo llevado por el anterior técnico, Sven Goran Eriksson, no funcionó en México. Y Aguirre viene de estar ocho años en Europa. Así que… “El hecho de ir para allá no significa que todo sea bueno. Es verdad, tenemos muchas cosas que aprender de distintos lados, pero también tenemos muchas cosas para participar, para enseñar. La estructura del fútbol mexicano, en verdad, es para copiarla. Hay equipos en México con una estructura deportiva que no la tienen equipos europeos, no los voy a mencionar, pero te sorprendería quiénes son.”
“Vacas sagradas”
Así que no volverá a hablar de lo que sucedió en 2002, cuando la prensa dijo que prescindió de jugadores considerados inamovibles de la selección. “Uno tiene que adaptarse a las circunstancias, y esto dice que en la jornada 4 de la hexagonal estás en cuarto lugar.” Así que no hay prejuicios. “Que se llamen Pérez, Sánchez, sean viejos, jóvenes, morenos, blancos, que jueguen en Europa, que nacieron aquí o no, eso es irrelevante. Y qué sistema ni qué la chingada. La realidad es que hay cuatro entrenamientos para El Salvador.”
Materia prima
Así que hay estructura, hay organización, pero… ¿hay jugadores para calificar al mundial? “Claro que hay materia primera. Lo que no hay es mucho tiempo. No es lo ideal entrar en la jornada 4 de la hexagonal. Lo ideal era encararla con tres años de preparación. Eso lo hemos hecho una vez en los últimos 20 años.” Se acomoda la gorra, se acomoda en la silla y señala: “El único que pudo trabajar así fue La Volpe. Tuvo manos libres para todo. Los demás estamos como estamos, y me incluyo”. “Que esto no suene a pretexto, es un reto. Lo acepto con mucho cariño”, agregó.
Figuras
Entonces, materia prima sí, pero… ¿hay figuras? Sonríe y responde: “México ha tenido sus grandes figuras. Hoy no es la excepción. Hay jugadores que tienen gran capacidad para cambiarte la tónica de un partido. Siempre los hemos tenido y siempre los habrá”. Eso sí, “ídolos de esos hay menos. (Horacio) Casarín, (Enrique) Borja, Hugo Sánchez, (Jorge) Campos, Cuauhtémoc Blanco. Estos tienen un don que alguien les dio y lo aprovecharon. Ellos tienen historia. Pero figuras hay, lo importante es aprovechar el colectivo, no depender del humor de una figura. Hay que armar un bloque”.
“Todos es todos”
Así que reafirma lo que dijo en su conferencia de prensa de presentación. “La selección está encima de todos. Hoy considero a todos. Encima de los prejuicios está la selección mexicana. Nos necesita a todos. Los de allá afuera, los de adentro. Dije a todos. Y somos todos.” Y “ya me voy”. Ahí se va “el Vasco”. El próximo 6 de junio debuta en el estadio Cuscatlán e iniciará un nuevo reto: el de intentar resucitar al “Tri” y guiarlo a un nuevo mundial, como ya lo hiciera en 2002, como quiere hacerlo en 2010. Pero enfrente estará su “brother”, Carlos De los Cobos.
