Trabajas fuera de casa casi todo el día, pero en la noche no llegas a descansar; te toca hacerla de maestra de tus hijos, de cocinera de la familia, en fin, de administradora de todo. En tu ocupada agenda lo que menos haces es dedicarle tiempo a tu cuerpo.
Las libras de más es un factor común en la mayoría de mujeres que se convierten en madres y esto tiene que ver con el poco tiempo que les queda para dedicarle a su propia imagen. Cuando te casas y tienes hijos estarás de acuerdo con que tu estilo de vida cambia por completo y en tu orden de prioridades cuidar tu figura suele quedar por último.
Pero no todo está perdido, hay algunas medidas que puedes adaptar a tu ocupado estilo de vida. Comer de forma más balanceada puede ayudarte mucho y no es algo del otro mundo.
“Trata de desayunar en casa para no caer en la tentación de comer pupusas todas las mañanas”, aconseja la nutricionista Evelyn de Bejarano. Y tiene razón, la falta de tiempo hace que optes por soluciones aparentemente prácticas, pero con un enorme aporte de calorías.
En lugar de eso puedes prepararte un sándwich de pan integral con queso, frijoles, requesón o lo que quieras agregarle. Ármalo mientras preparas la lonchera de tus hijos. El cereal integral con leche descremada también es una opción rápida, saludable y baja en calorías.
A media mañana puedes comerte una fruta o una galleta salada, 10 semillas o una barrita de cereal integral. Evita comer frituras para saciar el hambre de “entre tiempos”.
Los refrigerios no son malos, dice Bejarano. Te dan más energía, aceleran tu metabolismo y hacen que tengas menos hambre al llegar el siguiente tiempo de comida.
Si comes en el comedor cercano a tu trabajo la elección de los alimentos es crucial. Elige primero los que no sean fritos, solo ahí te ahorras muchas calorías. Toma en cuenta que lo aconsejable es comer al menos tres frutas y dos vegetales por día.
Valora lo mismo si llevas la comida desde tu casa, que suele ser lo más recomendable. Si cocinas tu propio almuerzo sabrás con cuánta grasa y sal lo has hecho. Para hacerlo práctico puedes prepararte ensaladas, verduras al vapor, queso, pan integral, pollo asado, y otros.
Si te lo propones puedes lograrlo, sobre todo si preparas tu comida junto con la del resto de la familia.
La cena debe ser liviana. Aprovecha para reunir a toda la familia, hazla un tiempo de unión y conversación familiar y así no sentirás que dejas de estar con tus hijos o tu esposo por comer. Entonces elige para ti una rica ensalada verde o de frutas, verduras al vapor y mucha agua.
La clave para cumplir con una alimentación balanceada es la planificación. Esto quiere decir que el fin de semana te tomes un tiempo para ir al mercado o al súper y comprar las verduras y las frutas que necesitarás en la semana.
Si te organizas podrás cumplir con todas tus responsabilidades diarias y lo más importante: harás algo por tu salud y tu peso.
Las mamás pulpo no tienen tiempo para cosa que no sea sus hijos, su casa, su trabajo. No obstante, si organizas y planificas tu alimentación, le darás una oportunidad a tu cuerpo de no subir de peso o incluso disminuirlo.
Tanto el desayuno y la cena debes comerlos en casa. El desayuno puedes al menos llevarlo, pero siempre hecho por ti. Solo con esto te ahorrarás muchas calorías de la comida que comes fuera.
El gimnasio puede ser más efectivo en algunos casos, pero implica más tiempo. Los aparatos en casa pueden ayudarte, así como hacer ejercicios sencillos que no requieren inversión económica.
Ya existen en el mercado videos instructivos para hacer rutinas de ejercicio e incluso de baile que puedes usar muy temprano en la mañana. También puedes bajar rutinas en video o foto de rutinas completas de ejercicio.
Ejercitarte en casa te ahorra tiempo y se puede adaptar a los cambios de tu agenda diaria. Es más económico, puedes hacer otras cosas mientras te ejercitas y te brinda privacidad, si es que eres tímida.
Las mamás pulpo llegan a casa a trabajar y, por tanto, terminan cansadas. La voluntad para ejercitarte en casa debe ser muy grande. Los niños son un fuerte distractor y nadie te está instruyendo.
