La velada estaba preparada para que diera inicio a eso de las 6:00 p. m. pero como buenos salvadoreños la salida de LA PRENSA GRÁFICA en la limusina para ir a recoger a los jóvenes tuvo un leve retraso de 45 minutos. No está de más decir que esto se debió al cambio de look de Georgina que se alargó más de lo planificado.

Primero el carruaje blanco y lujoso pasó por Ricardo a la San Luis. Con ramo de flores en mano el chavo salió de su casa, recién bañado, perfumado y hasta peinado. Y como todo cuento de hadas el príncipe salió rumbo al castillo ubicado en Santa Elena donde la damisela esperaba con impaciencia.

En el camino Ricardo iba preparando el discurso y los temas de conversación que necesitaría durante la velada. “Mejor medito para que no se me olvide y así tener siempre algo de qué hablar”, puntualizaba.

Al llegar a la casa de Georgina, el momento de la verdad había llegado. Ricardo, con el rostro pálido se bajó de la limusina con todo el contingente de fotógrafos y cámara que íbamos tras sus huellas decidido a conocer a su cita a ciegas.

Durante el encuentro esperábamos que las miradas delataran las intenciones de los dos, pero no vimos saltar chispas ni mucho menos flotar corazones. Así que esperamos ver qué ondas dentro de la limo. Y por más que estuvimos esperando, Ricardo y Georgina no pararon de hablar y hablar y hablar, definitivamente, los temas de conversación de Ricardo habían surtido efecto.

Al llegar a Bennigan’s, la mesa estaba lista. Una vela roja iluminaba de manera tenue y romántica la mesa donde la pareja iba tratar de conocerse. El ambiente estaba perfecto para que el romance diera inicio.

Y así fue, pues Ricardo, quien al inicio se había sentado casi a la orilla del sillón, se fue metiendo de a poquitos para estar más cerquita de Georgina.

Tan bien se encontraba la pareja, que hasta se les había olvidado pedir la cena, cosa que se les recordó cuando el mesero llegó para solicitarles su pedido.

Los exquisitos platillos llegaron en cuestión de minutos. Y como todo caballero, el chavo estuvo atento a ayudarle a Geo para que no se quemara.

De repente, el momento que habíamos estado esperando, como si fueran novios, estos chavos decidieron darse bocaditos para probar así el platillo de cada uno. Ese fue el único momento romántico que pudimos apreciar. Terminada la cena, salimos con la esperanza de que esta vez cupido haya lanzado su flecha y no se hubiera desviado como en ocasiones anteriores. “Se cumplieron las expectativas, vamos a ver qué resulta”, dijo Georgina.

“Estoy más que complacido, muchas gracias por hacer esta velada”, compartió Ricardo. Ambos puntualizaron que iban a intentar ser algo más que amigos, pero que necesitaban conocerse más para ver qué ondas.

No está de más mencionar que durante todo la cita, había un tercero que siempre estuvo presente y no eramos nosotros, sino los amigos y familiares de ambos que no paraban de bombardear con mensajes y llamadas. Pero no faltaron algunos atrevidos que decidieron darse una vueltecita para “metidiar”.

“Estoy muy satisfecha y creo que lograron cumplir con mis expectativas. Vamos a ver qué sucede”.

Georgina Recinos La princesa

“Gracias por hacer de esta velada algo especial. La compañía estuvo buenísima. Ya veremos.”

Ricardo Soto el príncipe

Gracias a nuestros cómplices

Agradecemos a Almacenes SIMAN, Hotel Sheraton Presidente, Bennigan’s, Lab Series y Conair por haber sido parte de esta promoción de San Valentín y por haber hecho de esta cita a ciegas una experiencia inolvidable.