En eliminatorias de CONCACAF, el seleccionador nacional y sus pupilos visitarán este sábado “el Coloso de Santa Úrsula”, que un día fue su casa cuando jugó en América y selección mexicana. Esa sede significa mucho para él, sobre todo porque recuerda los duelos ante Iraq y Bulgaria del mundial de México 1986.
Escrito por Christian Peñate
Atípica. Ese es el calificativo que Carlos De los Cobos, técnico de la selección salvadoreña, le da a su visita al estadio Azteca de este sábado por las eliminatorias mundialistas de la zona. Será la primera vez que lo haga desde el banquillo de otro equipo nacional.
El Salvador visitará “el Coloso de Santa Úrsula” con la necesidad imperiosa de ganar para poder al menos aferrarse al repechaje contra el quinto lugar de Suramérica. Debe vencer y luego esperar otros resultados. De los Cobos le da el lugar al plantel azteca, pero cree que es un equipo al igual que todos, con debilidades, y por ese lado cree que hay que atacar.
¿Personalmente, qué significa para usted visitar el estadio Azteca ahora como técnico de la selección salvadoreña y que tendrá como rival a la selección mexicana?
Me da mucha emoción regresar a un estadio donde muchas veces defendí la camisola de la selección mexicana, sobre todo en el mundial de 1986. Pero también estoy contento y emocionado en que nuestra selección haga un buen partido y por qué no, encontrar un buen resultado.
¿Un gol tempranero de la Azul sería un golpe anímico para la selección azteca?
Un golpe tempranero sería magnífico a favor nuestro. Siempre todos los equipos quisiéramos empezar pronto a ganar. Pero también debemos entender que los partidos no se ganan en el primer minuto. Hay que jugar bien todo el tiempo, los 96 minutos que normalmente se están jugando. Hay que jugar con orden y saber los tiempos críticos del inicio.
¿Qué sentiría De los Cobos si gana en el estadio Azteca y a la selección que un día defendió?
Me daría mucha alegría porque hay que entender que estoy comprometido en todos los aspectos con el fútbol de El Salvador, con este país que tan bien me ha acogido. Para mí sería importantísimo poder ganar ese partido.
¿Se ve extraño del otro lado?
No. Va a ser un juego atípico. Será algo que no es muy común en cuanto a que un técnico dirija en un estadio del país donde nació y contra la selección de su país natal. Son cosas medio extrañas, pero me preparo mucho mentalmente para que esto no vaya a afectar en lo más mínimo para hacer mi trabajo en favor de la causa.
¿Entonces es una especie de privilegio para usted poder dirigir en el Azteca como rival de la selección mexicana?
Claro. Te aseguro que va a ser un momento que nunca voy a olvidar. Va a quedar en la historia del fútbol mexicano que un mexicano haya llegado al Azteca en una eliminatoria mundialista a competir como rival de la selección mexicana.
¿Cómo debemos pararnos en la cancha del Azteca, sobre todo para dejar de lado factores como la altura?
Debemos controlar el inicio del partido. Sabemos que México normalmente en ese estadio, sobre todo al inicio, busca empujar y sorprender y con el apoyo e impulso de tanta gente. Nosotros debemos estar preparados para que no tengamos sorpresas al inicio del encuentro. Eso para que conforme vaya pasando el partido nuestros muchachos se vayan asentando en el terreno de juego y también que empiecen a hacer el fútbol que vienen haciendo. Hay que jugar sin temores porque México también tiene sus debilidades. Es una selección que ha ido creciendo porque Javier (Aguirre) le ha ido cambiando la fisonomía a este equipo y lo ha convertido en combativo. Tiene jugadores de buen manejo de pelota y atacan bien por los costados.
¿Hay alguna anécdota especial que recuerde que haya vivido en el Azteca?
Bueno, yo tengo muchos recuerdos del estadio Azteca, pero más que algo jocoso, creo que uno de los momentos más emotivos que viví allí fue cuando defendí la camiseta de la selección mexicana enfrentando a Iraq y Bulgaria en México 1986. Pero otro de los momentos emotivos fue cuando ganamos una final a Guadalajara jugando para América. Son dos equipos que han tenido mucha rivalidad. Fue un momento bonito de mi vida.
Lo bueno es que en esta visita a México no habrá necesidad de guía para llegar al Azteca porque usted conoce el D.F.
Sí porque allí viví muchos años. Aunque tengo que reconocer que difícilmente regresaré a vivir allí por los problemas que hay, pero es una ciudad muy bonita con mucha historia. En la época que yo llegué a vivir a México fue muy distinta a la de hoy. Estamos hablando de hace 30 años. Apenas tenía unos 18 años de edad. Es una cuidad muy linda pero hay que andar con sus cuidados.
¿Cuidad de México o San Salvador?
San Salvador. Quiero mucho a México, pero vivo con más tranquilidad acá. A veces me siento un poco abrumado por tantas muestras de afecto y halagado. Se lo agradezco a la gente. Qué bueno que al final del camino hayamos convencido a nuestra afición y, sobre todo, hayamos ayudado con nuestro granito de arena.
En uno de los programas de la cadena televisiva ESPN, sus analistas deportivos llegaron a la conclusión de que El Salvador será el rival más peligroso que tendrá México en la cancha del Azteca…
Probablemente, porque nos han visto crecer a través del tiempo y se han dado cuenta de que somos una selección competitiva. Nuestros últimos partidos así lo demuestran. En Estados Unidos estuvimos a punto de alcanzar un buen resultado. Ellos ya respetan más a nuestra selección. En un principio pensaron que El Salvador iba a ser un rival fácil y escalón para cualquier rival en esta hexagonal. Pero conforme fue pasando la eliminatoria, gracias al esfuerzo de los muchachos y la consistencia del juego que hemos tenido, ha cambiado la posición de nuestra selección.
¿Por qué escogió Querétaro como campamento de entrenamiento?
Porque allí vamos a encontrar las condiciones adecuadas y porque no vamos a estar en el Distrito Federal, donde la prensa capitalina estaría demasiado atenta a nosotros, aunque igual van a estar visitando Querétaro, pero vamos a tener los medios a mano y con gente que conoce vamos a poder trabajar de la forma en que pretendemos. No tiene que ver con la altitud porque fisiológicamente necesitamos más o menos 20 días para que un organismo se adapte a un lugar que tiene mucha altitud. La idea es básicamente poder trabajar con mucha más comodidad y que nuestros jugadores estén más concentrados.
Usted conoce bien a Javier “Vasco” Aguirre. ¿Podría él mandar un espía al campamento salvadoreño?
Sí, como no. Usted sabe que en el fútbol de hoy todo se vale. Los técnicos intentamos sacar ventaja de cualquier forma. Lógicamente que nosotros debemos estar alertas para cualquier situación. Pero al final yo creo que en el fútbol no hay secretos. Ellos saben cómo jugamos y nosotros sabemos cómo juegan ellos.
¿Podría ser factor favorable para la Azul el 2-1 en contra de México ante Colombia a mitad de la semana pasada?
Podría ayudarnos en el sentido de que en los últimos tiempos los medios de comunicación de México han sido muy críticos con su selección y no ha sido la excepción en este momento cuando han criticado mucho lo que pasó contra Colombia. Y esto de cualquier forma genera incomodidad. Yo estuve viendo una entrevista de Javier Aguirre y se veía molesto e incómodo. Aunque sabemos que va a ser un equipo distinto el que va a jugar contra nosotros, pero de cualquier manera, las victorias generan confianza. México, al haber perdido, no va a ir con toda confianza al partido contra nosotros.
¿Qué puede opinar sobre la ausencia de Giovani Dos Santos y de la duda que es Cuauhtémoc Blanco para el choque ante El Salvador?
Bueno, sabemos que los dos jugadores han aportado mucho para la selección mexicana y si no llegaran a jugar, pienso que es algo bueno para nosotros. Pero no es definitivo porque México cuenta con una gama de jugadores que pueden sustituir a estos jugadores sin problema. Por lo tanto no debemos pensar que eso va a ser ventaja.
¿Ahora que hubo cambio de autoridad en la cabeza de la estructura de la FESFUT, ve más factible una negociación para quedarse?
Ya platiqué con el señor Reinaldo Vásquez, que es el presidente de la comisión normalizadora de la FESFUT, y quedamos en que íbamos a esperar a que terminara nuestra competencia para sentarnos a platicar para ver adónde apuntaremos en nuestros futuros. Lógicamente que seguir es una posibilidad, no está cerrada para mí. Lógicamente que tendría que valorar algunos aspectos familiares como ver si la familia se puede venir para acá para acompañarme porque ya son cuatro años de estar lejos de la familia.
¿Podría venir su esposa, Mayté De los Cobos, a vivir a El Salvador?
Pienso que puede animarse. Ella lógicamente que quiere estar cerca de donde yo estoy. Y luego habría que hablar (con la FESFUT) acerca de los inconvenientes que padecimos a lo largo de este proceso para ver si las condiciones de trabajo, básicamente, pudieran darse. Pero por ahora vamos a esperar.
“Me da alegría regresar al Azteca. Estoy contento y emocionado en que nuestra selección haga un buen partido y por qué no, encontrar un buen resultado allí.”
“Va a ser un juego atípico. Será algo que no es muy común en cuanto a que un técnico dirija en un estadio del país donde nació y contra la selección de su país natal.”
“Debemos controlar el inicio. Sabemos que México normalmente en ese estadio, sobre todo al inicio, busca empujar y sorprender y con el apoyo de tanta gente.”
“En Estados Unidos estuvimos a punto de alcanzar un buen resultado. En un principio se pensó que El Salvador iba a ser rival fácil y escalón para cualquiera.”