Para El Salvador, Estados Unidos es pasado y Costa Rica es su futuro. Jugadas las dos primeras jornadas de la hexagonal —solventándolas con sendos empates— como local, los cuscatlecos van ahora a su primer juego de visita, con un equipaje donde caben no solo el optimismo y la ilusión, sino todo un arsenal de artículos simbólicos para el choque con los ticos.

Mezclado entre las maletas viaja la presión de haber dejado escapar cuatro puntos en los dos partidos anteriores. Se perdían los tres ante Trinidad y se rescató uno. Se ganaban otros tantos ante los gringos y se escaparon dos. Todo lo que queda son dos puntos y la cuarta casilla de la hexagonal.

Las cuentas no han salido. Previo al arranque de la hexagonal se contaba con la posibilidad de vencer a Trinidad y sumar un resultado positivo ante los gringos. Empero, hoy, ambos podrían considerarse tropiezos para la Azul.

No se pudo vencer a los del Caribe y se sacaba el triunfo ante los norteamericanos antes de dejarles empatar. Solo dos puntos en el casillero, que deberían ser, al menos, cuatro para poder viajar con tranquilidad a Costa Rica.

El problema para la Azul ahora radica en que debe intentar recuperar afuera lo perdido adentro. Su primer partido como visitante de la hexagonal es su primera prueba: en el Ricardo Saprissa, donde ya jugó —y perdió— la ronda anterior.

Buen paquete

Sin embargo, para evitar que eso vuelva a suceder, y esperanzados tras el partido hecho con los gringos, los salvadoreños que ya están allá, los que viajan, y los que se unirán entre hoy y el miércoles, de seguro no han olvidado llevar dentro de sus maletas unos cuantos artículos que puedan adquirir su valor en suelo tico.

Primero lo lógico e indispensable. Tacos y pelota. Los primeros por los ausentes: Eliseo Quintanilla y Cristian Castillo, quienes tendrán que pagar un juego de suspensión; y la segunda, para que los goles sigan llegando para la Azul.

Se rompieron casi 12 años sin anotarle un gol a los gringos, y ahora se viene otro reto complicado: tratándose de eliminatorias mundialistas, El Salvador tiene 32 años de no hacer un gol en suelo tico.

El único tanto jugando clasificaciones a mundial en Costa Rica pertenece a Luis Ramírez Zapata y fue anotado un 15 de diciembre de 1976, en el primero de cinco encuentros jugados en San José por instancias de ese tipo. En los otros cuatro, El Salvador siempre se quedó sin marcar.

Si se diera un resultado positivo, sería un auténtico tropiezo para los costarricenses. Para eso se llevan los guineos. Para que en las cáscaras de estos resbalen los ticos y terminen más tocados de lo que ya están, tras caer ante México en el estadio Azteca el sábado pasado.

Además, también es así como no deben terminar los salvadoreños. Tocados. Para evitarlo, también se incluye el incondicional e infaltable par de espinilleras, que permita a los seleccionados tener la suerte de no salir con ningún tipo de indeseable lesión.

Pero si no basta con la suerte, también está la divinidad. Encomendados a la fe en el trabajo hecho, cada salvadoreño que pueda considerarse religioso tampoco debe haber dejado olvidado su rosario para los padrenuestros y avemarías.

Y así varios artículos más. Donde caben la ruda y el ajo, los huevos —usted comprenderá— y la infaltable camiseta azul. Donde cabe todo eso, también cabe la ilusión, porque esa es la que no hay que perder nunca, pese al panorama sombrío de lo que ya se perdió como local.

El entrenador de la escuadra salvadoreña, Carlos De los Cobos, no viajó ayer hacia Costa Rica. El mexicano tuvo que quedarse en El Salvador para realizarse unos chequeos médicos. Se conoció que el azteca pretende integrarse hoy a la delegación que ya está en Costa Rica y que el miércoles disputará el tercer partido de la hexagonal de la CONCACAF.

En septiembre pasado, el entrenador sufrió un problema de irrigación de sangre en el cerebro, por lo que fue internado en una clínica en Monterrey (México), donde estuvo bajo observación médica y por la cual periódicamente se realiza algunos chequeos. Se especula que después del juego del sábado ante los gringos, De los Cobos recayó.

Sin embargo, el médico de la Azul, José María Rivas, dijo que la no presencia del míster en suelo tico se debe a las pruebas rutinarias a las que se somete el timonel. “Tenía que hacerse unos exámenes de rutina y por la mañana asistió a la clínica, esperamos tenerlo mañana (hoy) con el grupo”, aseguró el galeno.

Ya en Costa Rica

El resto de la selección salvadoreña —con excepción del tercer portero, Luis Castro, quien viajará también hoy— arribó ayer a Costa Rica.

La delegación lo hizo con las bajas de Eliseo Quintanilla, ex jugador de la Liga Deportiva Alajuelense, y Cristian Castillo. Los dos jugadores no emprendieron vuelo porque están suspendidos al acumular dos tarjetas amarillas en la eliminatoria en el juego contra Estados Unidos del pasado sábado.

Pese a dejar ir la victoria en casa ante Estados Unidos, después de estar arriba en el marcador 2-0, los jugadores salvadoreños consideran que es viable hacer un buen partido en el Ricardo Saprissa (donde en agosto pasado se perdió 1-0) y así recuperar terreno perdido.

“El Salvador viene creciendo a pesar de los resultados que hemos obtenido y la fe es sacar los tres puntos”, dijo el atacante Rudis Corrales a su llegada a suelo costarricense.

Según el delantero, la mentalidad del cuadro cuscatleco es llevarse los tres puntos para enderezar el barco hacia Sudáfrica 2010. “Venimos a proponer, a ganar, pues necesitamos sumar de a tres, ya que en casa hemos dejado puntos importantes”, añadió el atacante.

Para Juan José Gómez, por su parte, la presión no solo está de lado de El Salvador, sino también de Costa Rica, dada la derrota sufrida en México. “Todos tenemos presión, no solo El Salvador, cada equipo necesita de sumar para ir ascendiendo en la clasificación y acercarse al mundial”, advirtió.

El meta salvadoreño acotó que lo sucedido el sábado ya es historia y lo que vale es lo que hagan el miércoles en la grama sintética del Saprissa. “Ahora le hemos dado vuelta a la página”.

“Por eso digo que esta es una prueba de que cuando uno dice que necesita a los jugadores no está inventando. Necesitamos más tiempo para trabajar con los muchachos.”

“Nosotros no tenemos el potencial de otras selecciones para salir a presionar para meter a un rival a su meta. Nosotros tenemos que ir trabajando los partidos.”

Hugo Pérez, volante salvadoreño que jugó para Estados Unidos, aseguró que Carlos De los Cobos ha tenido paciencia al frente de la selección para soportar huelgas de jugadores e incumplimientos de la FESFUT a algunas peticiones.

En la semana previa al choque contra Estados Unidos, los seleccionados se fueron a huelga por falta de pagos y solo hubo semana para preparar el juego.

¿Qué análisis hace en frío luego del empate ante Estados Unidos?

Lógicamente que el sabor de boca que nos deja ese partido no es muy dulce, ya que los muchachos habían tenido un buen rendimiento durante toda la noche y sucedieron situaciones que generaron que el equipo viniera a menos. No estamos contentos porque el partido lo pudimos ganar. Lógicamente que me voy satisfecho por el trabajo de los muchachos, porque jugamos contra el mejor equipo de este torneo y lo tuvimos contra la pared y no fue casualidad.

¿Qué pasó en la parte física que al final no fue favorable a El Salvador?

Es normal. Hay que decir que nuestros jugadores están acostumbrados a jugar a un nivel semana a semana y los partidos como el de Estados Unidos son de una exigencia mayor. Por eso digo que esta es una prueba de que cuando uno dice que necesita a los jugadores no está inventando. Necesitamos más tiempo para trabajar con los muchachos.

Entonces ustedes tuvieron que hacer milagros para no caerse rápido en la parte física con una semana de trabajo?

No. Siento que ante Estados Unidos el equipo mostró conocimiento del rival y mucho orden y siempre ambición. Mientras no perdimos a (Rodolfo) Zelaya y Eliseo Quintanilla, el equipo siempre tuvo el control del partido. Fuimos peligrosos para ellos.

¿Cuáles fueron las indicaciones a sus jugadores cuando el encuentro estaba 2-0 en el choque ante los gringos?

Nunca fueron irnos atrás. Lo que sucede es que al poco tiempo del 2-0 empezaron a suceder situaciones. Es más, Miguel Montes salió desde el 2-0. También perdimos a Zelaya, que fue importante por lo que aguantó en ataque y tener la pelota para que el equipo saliera y descansara.

¿Cómo presagia desde ya el juego de este miércoles contra Costa Rica, en condición de visitante?

Será un juego difícil, pero tenemos la confianza de que el equipo está jugando bien. Seguramente será una prueba importante para que confirmemos ese crecimiento. Tengo fe en los muchachos. Lo que sucedió ante Estados Unidos en la cancha es una prueba de que hay situaciones que nos permiten crecer. Tuvimos muy poco tiempo para preparar ese partido. Nosotros no pudimos trabajar el tiempo que necesitábamos y pagamos las consecuencias porque los jugadores no estaban preparados físicamente. Vimos que algunos terminaron mal. Esto es lo que hemos platicado en cuanto a que nuestros jugadores necesitan más tiempo para poder trabajar.

¿Le quitó alguna presión el partido del sábado ante Estados Unidos?

No. Lógicamente que uno siempre quisiera ganar, pero no siempre se puede ganar. Pero hay que darle mérito a nuestros muchachos y eso me tiene contento. Estados Unidos tiene jugadores que militan en Europa y los tuvimos contra la pared. No me gustó el arbitraje. Veo que este grupo tiene una personalidad definida y vamos a Costa Rica con la confianza de traernos un buen resultado.

¿Cómo se va a plantear en Costa Rica?

Siempre tenemos que buscar tener un equilibrio en la cancha. Vamos a tratar de hacer un buen partido. Nosotros no tenemos el potencial de otras selecciones para salir a presionar para meter a un rival a su meta. Nosotros tenemos que ir trabajando los partidos. Pero me gusta la disciplina táctica del grupo.

¿Le seguirá apostando a una línea de cuatro en la zona defensiva en el juego contra los ticos?

Puede ser. Esa formación nos permite tener siempre agrupado al equipo. Además de eso, nos da mucha consistencia en el medio campo y tapa los accesos del rival, como pasó en Estados Unidos.

¿Considera que Mardoqueo Henríquez se ganó la titularidad por su actuación ante Estados Unidos?

Bueno, eso lo vamos a ver. Lo importante es que cumplió, lo hizo bien. Mostró mucha personalidad. Fue agresivo en la marca.

¿Le favorece a la Azul la derrota de Costa de Rica de 2-0 ante México en el Azteca?

Sí, porque no sumó. Fue bueno que Honduras empatara con Trinidad y Tobago. Porque si hoy terminara la hexagonal, estamos en zona de repechaje.

¿Qué análisis hace de la victoria de México, que será el próximo rival cuando la Azul retorne al Cuscatlán?

Es normal ese marcador. México tenía que haberle ganado 3-0 o 4-0 a Costa Rica porque México tiene un aliado tremendo en el estadio Azteca. Para muchos rivales es una cancha pesada.

A la Azul le llegará el momento de visitar ese estadio…

Sí, ya llegará ese momento y nos preocuparemos de eso. Allí me sentiré bien con todo el deseo de sacar un buen resultado.

“El sabor de boca que nos dejó el partido no es muy dulce, ya que los muchachos habían tenido un buen rendimiento. Merecíamos haber ganado ese juego.”

Carlos De los Cobos, entrenador de la Azul

El rostro de Carlos De los Cobos, el sábado en la noche, estaba completamente transformado. Perdió la característica afabilidad, se notaba adusto, inconforme, frustrado quizás. El técnico lucía impecable, como siempre, pero serio, con cara de pocos amigos, como guardándose la bronca.

A lo mejor rumiaba para sí mismo cómo sus delanteros y volantes echaron a perder el juego. Porque fue precisamente en las dos primeras líneas donde se perdió. Luego de hacer el “pressing” a los gringos, de achicarles los espacios, de esconderles la pelota, de taparles la salida desde su misma área, marcarles dos goles y tenerlos al borde del jaque mate antes del empate, él también bajo del cielo al infierno, como cayó de golpe el mismo estadio al estar flotando de felicidad.

Todos en “el Coloso”, todos en el país, todos en el equipo, todos, parecían preguntarse ¿qué pasó? Pasó que se aflojaron las marcas al ir a presionar la salida del rival, pasó que se entregó la pelota a los estadounidenses luego de tenerla escondida, pasó que embriagados de felicidad y pobres en cultura ganadora se perdió la dimensión del partido. Y la frialdad de los gringos, la cultura táctica, el oficio —la mayoría de ellos militantes en ligas europeas— tuvo tiempo para dar vuelta a la situación.

Pero la bronca de Carlos De los Cobos no es del sábado, es de antes: desde el mismo inicio del proceso y solo su profesionalismo, su paciencia y la credibilidad en el grupo de seleccionados le han impedido tomar sus cosas y largarse. Ya tuvo que soportar a un presidente de la FESFUT incapaz de negociar con la liga, que incluso se inventó una normalizadora auspiciada —quién sabe por qué— por FIFA para que le ordene lo que el federativo no ha podido hacer. No hay fogueos, no hay gestión ante CONCACAF por que el presidente de la “ANORMALIZADORA” tiene vendida el alma con el aquelarre de la UNCAF. Maltratado en la cancha, El Salvador también pierde en la mesa. Jack Warner se vino asegurar de eso en el primer partido de las eliminatorias.

La bronca surge cuando la liga no presta los jugadores, cuando no pueden ordenar su campeonato aún con el plan de trabajo presentado. La bronca surge cuando, a dos semanas del juego con Estados Unidos, Calvo no ha cancelado cuentas con los jugadores y estos paran los entrenamientos.

El juego del sábado era como ponerle la guinda al pastel de un proceso maltratado. “Primero hay que lograr que no nos goleen”, decían al técnico a su llegada. De la cultura derrotista se pasó a la cultura del empate y más tarde cuando llegó la hora de la eliminatoria, cuando se marcó el regreso de la hexagonal todos esperaban la vieja historia de las goleadas. Contra Estados Unidos nadie daba nada: “2-0, 2-1, 3-0, 6-0”. Todos los marcados a favor de los estadounidenses.

El encuentro fue tejido de tal forma que le robara el físico a los gringos. El cerco al rival estaba formado por orden táctico, enjundia, juego raso y disciplina. El Salvador no produce vértigo —no hay delanteros fuertes y rápidos—, no arrolla, no tiene derroche físico. De los Cobos aprendió y así formó un equipo que venía dando avisos: lo de Estados Unidos no es casualidad. Lo demostró al ganar en el Cuscatlán a Dinamarca, al confundir a los ticos en el Ricardo Saprissa en la ronda anterior, al remontar ante Panamá, en la Copa de Oro de 2007.

“Quiero un equipo que se respete a sí mismo, que lo respeten, que se pare bien ante cualquier rival”, repetía De los Cobos. El sábado sus palabras parecían tener validez. Por eso la bronca, por eso su rostro adusto. Él ya ha entendido, pero a lo mejor el equipo no, que pueden encarar a cualquiera sin asustarse. Por eso la cara de pocos amigos, porque él cree, pero la FESFUT no.

“Este es el partido donde más problemas tuvimos. En la primera convocatoria no llegaron los de Alianza. Después vinieron los problemas entre jugadores y directivos.”

Álvaro Briones,preparador físico de la Azul

Diez a 15 días, por lo menos, es el tiempo que el preparador físico de la selección, Álvaro Briones, estima que la Azul debe tener para preparar, en conjunto, cada partido de la hexagonal de la CONCACAF.

De acuerdo con el instructor chileno, el equipo cuscatleco tiene muchos detalles en su contra cuando no puede trabajar en el período requerido, sobre todo porque no cuenta con jugadores en el exterior, donde se compite a un ritmo diferente al del balompié local.

Por lo tanto, Briones aseguró que para explicar la caída física que tuvo la Azul en los últimos minutos ante Estados Unidos es necesario detenerse a analizar que el equipo nacional no tuvo el suficiente tiempo para trabajar.

Una semana previa al juego fue todo para que el instructor chileno intentara poner a tono al cuadro salvadoreño de cara al compromiso contra Estados Unidos, un equipo que cuenta con muchos jugadores en ligas europeas. “Jugamos contra un equipo que lleva algunos mundiales consecutivos y ha tenido fogueos contra equipos de Europa. Es el mejor equipo de CONCACAF”, apuntó.

Cuando faltaba una semana para el juego ante Estados Unidos, el plan de trabajo de Carlos De los Cobos se vio interrumpido por una huelga de jugadores, quienes aseguraron que la FESFUT no había cumplido con algunos pagos de premios por resultados conseguidos.

Ante todos esos problemas, Briones pide que se le den todas las facilidades a la selección nacional para poder prepararse adecuadamente para cada juego. “Este es el partido donde más problemas tuvimos. En la primera convocatoria no llegaron los de Alianza, no teníamos gente para entrenar. Después vinieron los problemas entre jugadores y directivos. Todo eso hace que las posibilidades se minimicen”, apuntó el suramericano.

En varias ocasiones se ha irrespetado el plan de trabajo del cuerpo técnico de la Azul. De los Cobos presentó a la liga mayor y a la FESFUT un cronograma de trabajo antes de la hexagonal, pero se ha pasado por encima de esos planes.

A 72 horas del juego contra Costa Rica, Briones aseguró que lo más importante es que los jugadores se recuperen del desgaste físico con trabajo regenerativo.

“La selección salvadoreña se ha ganado un lugar en la CONCACAF, pero debe mantenerlo. Ha crecido a pasos agigantados en esta eliminatoria. Es un equipo con carácter.”

Israel Hernández,periodista de TV Azteca

En la previa al choque de la selección nacional frente a su similar de Estados Unidos, casi nadie hablaba de una victoria de la Azul.

Incluso Carlos De los Cobos, seleccionador nacional, no se atrevió a lanzar campanas al aire y solo prometía que su equipo iba a hacer un buen juego. La victoria estuvo cerca y solo queda el buen sabor de boca de que la selección salvadoreña hizo un buen trabajo.

El empate a dos ante el equipo gringo ha sido motivo de buenos comentarios de parte del periodista mexicano Israel Hernández, de la cadena TV Azteca, quien debe seguir el trabajo de De los Cobos en toda la hexagonal de CONCACAF.

Según el comunicador azteca, la selección de El Salvador va creciendo a pasos agigantados a lo largo de esta eliminatoria. “El Salvador estaba haciendo todo para derrotar a Estados Unidos hasta que llegaron esas desatenciones. Pero creo que el arbitraje ha afectado a la selección salvadoreña”, apuntó.

Hernández estará en Costa Rica este miércoles para ver a la Azul.

“Yo quería jugar contra Costa Rica. Ahora solo me toca apoyar a mis compañeros desde acá. Fue una amarilla injusta. La verdad es que me tiro, pero no era para tarjeta.”

Cristian Castillo,seleccionado nacional

El volante de Alianza Cristian Castillo no tuvo más remedio que sacar sus pertenencias de la habitación del hotel de concentración de la Azul para luego dirigirse a su casa.

El mediocampista albo y Eliseo Quintanilla no viajaron ayer hacia Costa Rica para encarar este miércoles el tercer choque de la hexagonal, debido a que acumularon tarjetas amarillas.

“Yo quería jugar contra Costa Rica. Ahora solo me toca apoyar a mis compañeros desde acá. Les deseo la mejor de las suertes. Fue una amarilla injusta en el juego contra Estados Unidos. La verdad es que me tiro, pero no era para tarjeta”, apuntó el volante albo.

Castillo considera que hay suficiente recurso humano en la selección nacional para poder sustituir a los jugadores sancionados. Desde las prácticas de hoy —que serán en suelo tico—, De los Cobos empezará a probar sus variantes para ese compromiso.

El jugador albo le dio mucha llegada a la selección por el sector izquierdo en el choque ante Estados Unidos del sábado por la noche. Además de eso aportó uno de los tantos del empate a dos. Eliseo Quintanilla consiguió la otra conquista para la selección. Ambos volvieron a sus respectivos equipos.

¿Fue perfecto el accionar del “Tri”? No. Puede decirse que fue aceptable y que por esto fue justo vencedor. Pero debido a la poca ambición que Costa Rica mostró a lo largo de los 90 minutos, se complica el análisis completo de la selección mexicana —rival de El Salvador en la cuarta fecha de la hexagonal de CONCACAF—, ya que su sector defensivo fue exigido en muy pocas ocasiones.

También puede decirse que si no hubiera llegado el dudoso penalti sancionado por el árbitro Terry Vaughn, Costa Rica hubiera tenido más protagonismo.

Arropados por las 105,000 gargantas que les apoyaron desde las gradas, los mexicanos quisieron inyectarle presión al equipo visitante y causar errores.

Entre los cambios presentados por México destaca la participación de Memo Ochoa. Lo mismo puede decirse de otros no habituales, como Fausto Pinto y Leobardo López, quienes no incidieron en gran manera.

No todo fue positivo. La zona media de México dejó muchos espacios de maniobra. Ni Pavel Pardo ni Leandro Augusto son contenciones que aprieten fuertemente en la zona medular: más bien cierran espacios sin acosar al rival.

Ambos se enfocan más en dar salida al equipo; por momentos se echó en falta el mordiente de un jugador como Gerardo Torrado. México ganó fluidez, pero permitió al rival una prolongada posesión del balón. Si esto sigue así, cuando El Salvador los enfrente, con seguridad Ramón Sánchez tendrá suficiente tiempo para hacer conexión con Osael Romero y Eliseo Quintanilla.

México fue un equipo que le apostó a causar daño a Costa Rica por las bandas. Andrés Guardado se mostró una vez más como el jugador más talentoso a las órdenes de Sven Goran Ericksson.

Cuando Costa Rica salía organizado desde atrás, México esperaba en un clásico 4-4-2. Sin embargo, cuando los aztecas debían salir desde su área, el sistema cambiaba a un 4-1-3-1-1, que obligaba a que Augusto bajara hasta la zona defensiva a pedir balón y dar salida. Finalmente, en el aspecto físico, México fue absolutamente superior a los ticos.