“El doctor no quería darme la autorización para venir, pero le dije que los estudios salieron bien y me siento fuerte, es más difícil estar lejos.”

Carlos De los Cobos, entrenador de El Salvador

“El grupo ya está tranquilo porque el profe ya está acá y lo que haremos será trabajar para sacar una victoria, que es lo que todos queremos.”

Rodolfo Zelaya, delantero de El Salvador

El último capítulo que protagonizaron las selecciones de El Salvador y Costa Rica no terminó de la mejor manera y aún está fresco. Tres salvadoreños lesionados, dos expulsados, un juego suspendido, muchas dudas, pocas respuestas y una investigación de parte de UNCAF que sigue abierta, aún y cuando se dijo que hoy se daría una resolución. El 30 de enero de 2009 todavía está muy fresco en la memoria de los ticos, que recuerdan la fecha como si fuera ayer.

Para El Salvador el de hoy es un juego marcado por la continuidad de una serie de problemáticas que se juntaron para no permitir una óptima preparación. Antes del sábado –contra Estados Unidos– fue la imposibilidad de tener a todo el grupo completo y una huelga las que afectaron el trabajo. Para hoy el que la selección viajara a San José sin su entrenador y que tuviera que tener entre ceja y ceja la incertidumbre de no saber si llegaría a tiempo o no para el juego afectaron.

Pero el profe llegó. Muy a pesar de la negativa del neurólogo Luis González, De los Cobos llegó a Costa Rica y esta noche volverá a dirigir a los suyos. A la Azul.

“El doctor que me estuvo observando no quería darme la autorización para venir, pero le dije que los estudios salieron bien y me siento fuerte, es más difícil estar lejos”, aseguró a su llegada el timonel.

Este reencuentro ha dado tranquilidad mental a un grupo de jugadores que solo ha tenido tres entrenamientos para prepararse, de los cuales apenas uno fue dirigido por el mexicano, anoche, cuando reconocieron el Ricardo Saprissa.

Pero esta no será la primera vez que la Azul pise el desgastado césped artificial del Saprissa. Ya el 20 de agosto del año pasado lo hizo con buen suceso, aun y cuando cayó derrotada 1-0, con la salvedad que en esa ocasión lo hizo con Eliseo Quintanilla y Cristian Castillo como titulares, algo que hoy no podrá ser debido a sendos castigos que pesan sobre los zurdos, que tendrán que sufrir desde la lejanía el juego.

El que al parecer no se quedará fuera es Miguel Montes, quien tuvo que salir en el juego ante los gringos por calambres. “Sabemos la calidad de jugadores que son ellos (los ticos), pero esta selección tiene muchos jugadores competitivos y al que le toque entrar lo va a hacer igual o mejor”, comenta Rodolfo Zelaya, quien, lesionado tras el juego del sábado, ya se recuperó para poder participar ante los ticos.

Lo que sí buscarán por primera vez los nacionales es sacar la victoria en suelo tico, para así dar un toque de alegría al técnico después de la mala situación que ha vivido no solo por su salud, sino por todos los problemas administrativos que ha enfrentado en El Salvador.

“El grupo ya está tranquilo porque el profe ya está acá y lo que haremos será trabajar para sacar una victoria, que es lo que todos queremos”, agregó Zelaya.

Por eso De los Cobos no ha perdido mucho tiempo. Y más que trabajar en la cancha lo ha hecho en la intimidad analizando videos de su rival, al que consideró una sorpresa en la jornada anterior por el mal desempeño tenido en México: “Me sorprendió el Costa Rica que vi en México porque no ofreció nada, me llamó la atención porque son jugadores que están en Europa y vienen con una personalidad importante. Estoy seguro de que en casa será un equipo con más convicción y determinación”.

Bajo una fuerte lluvia que no cesó durante toda la tarde-noche josefina, la Azul reconoció el césped sintético del Ricardo Saprissa, escenario en que esta noche El Salvador intentará conseguir su primera victoria de la hexagonal final de la CONCACAF y romper con la racha de no poder ganar un juego oficial en Costa Rica.

Para Carlos De los Cobos y Manuel Salazar, el que la práctica de El Salvador haya sido bajo el agua es tan positivo como el que haya sido en seco, puesto que así se conocerá el transitar de la pelota con grama mojada. El pasado 20 de agosto la selección tuvo que jugar también bajo el agua.

“La lluvia vuelve más complicado el partido, dado que el pasto sintético se vuelve más rápido y gracias a Dios hoy (anoche) vamos a probarla en esas condiciones y a tratar de adaptarnos lo más rápido posible a las circunstancias, porque si esto se dio hoy (ayer), es un probabilidad para mañana (hoy)”, aseguró el defensa.

Aunque el estratega mexicano dice ya tener en mente cuál podría ser el once titular, la práctica de anoche fue fundamental para la decisión de los que saldrán a la cancha, aunque estos no cambiarán independiente de las condiciones climatológicas que imperen hoy en el transcurso del día.

“Me dicen que no había llovido en todos estos días, pero hoy se ha soltado y ha estado así toda la tarde. Esto también es bueno, porque nos da un parámetro de lo que puede ser mañana (hoy) en la noche. El equipo no tiene por qué cambiar por la lluvia o por el sol”, señaló De los Cobos antes del entrenamiento a puerta cerrada.

Salazar tuvo casi las mismas palabras que su entrenador y fue más allá, puesto que por los comentarios escuchados, las lluvias repentinas son ya casi una tradición en el barrio de San Juan de Tibás, sector en el que se ubica el Saprissa.

“La lluvia vuelve más complicado el juego, ya que el pasto sintético se vuelve más rápido, vamos  a tratar de adaptarnos a las circunstancias.”

Manuel Salazar, defensa de El Salvador

El técnico Carlos De los Cobos ha admitido que las ausencias de Eliseo Quintanilla y Cristian Castillo pesarán en el equipo, al mismo tiempo ha ratificado que existe material humano para reemplazarlos sin que se sienta el peso de las ausencias.

El mexicano aún no ha develado las posibles variantes que ingresarán en lugar de los sancionados, pero con lo visto a lo largo de la eliminatoria los jugadores que más se perfilan como  posibles sustitutos son William Torres Alegría y Romeo Monteagudo, respectivamente.

De hecho, “Berreñeque” fue el reemplazante de Cheyo el pasado 5 de septiembre cuando El Salvador derrotó 5-0 a Haití en el estadio Cuscatlán, juego en el que Eliseo también pagó un partido de suspensión por acumulación de tarjetas amarillas.

Mientras tanto, Romeo Monteagudo tuvo actividad en el segundo partido de la primera fase de la eliminatoria, ante Anguila, en Washington, cuando la Azul ganó con marcador de 4-0, que le sirvió para remarcar un global de 12-0. “Cerveza” salió en lugar de Alfredo Pacheco, quien no viajó por decisión técnica.
Todo se sabrá esta mañana.

Esta columna parte de la casualidad. Nada planeado, ni estructurado. En realidad no encontraba de qué escribir. Todavía pienso cómo separar esas entremezcladas emociones que dejó el partido del sábado y me asusta ver el papel en blanco. Pensar que a la selecta se le escapó el gigante de CONCACAF me amarga, pero saber que le sacaron un empate que a priori era un resultado ideal reconforta. Preocupa que un simple juego debilite la salud de quien ha sido el gran baluarte de todo esto. Enfurece que tengamos dirigentes impresentables que ni se molestan por preguntar por el estado de salud del DT del equipo más importante de nuestro país.

Hace un año, leía detalles sobre la vida del técnico de la selección turca, Fatih Terim, ex allenatore del Milán entre otros. Entre las curiosidades encontré que Terim en su oficina en Estambul tiene un cartel con una frase que dice: “Nada es imposible, pero los milagros toman tiempo”. Cuando pensaba que ganarle a Panamá requirió de un milagro y que era “imposible” ganarle a EUA, pero estuvimos muy cerca de otro milagro, llegué a creer que lo que Terim tiene en su oficina esconde un mensaje que nosotros podemos aprovechar. Parece que ya es tiempo de reconocer que el gran milagro de nuestro fútbol es la selecta.

En nuestro país, donde no hay clubes organizados, donde no existen las divisiones inferiores, donde no hay canchas, pero sobra talento en el jugador, donde abundan dirigentes ineptos, ¿cómo explicar que aquí en El Salvador tenemos un equipo que lleva 40,000 personas a un estadio que no tiene baños decentes? Que ese equipo pone de acuerdo a millones, zurdos y diestros por igual, para gritar por la misma causa. ¿Cómo explicarlo? Allí tienen el milagro. Arranqué diciendo que esta columna partía de la casualidad y las casualidades también son pequeños milagros.

En la tercera ronda eliminatoria camino a Sudáfrica 2010, el árbitro estadounidense Jair Marrufo fue el principal en el juego ante El Salvador y Haití, en septiembre del año pasado, cuando los cuscatlecos vencieron 5-0 a los caribeños.

El colegiado no tuvo problemas para sacar ese juego adelante y cumplió con la tarea.

Esta noche, el gringo estará de nuevo en otro partido de la Azul, que esta vez se mide con Costa Rica.

Hasta hoy, la selección nacional ha tenido arbitrajes mexicanos en la hexagonal de la CONCACAF. En el choque contra Trinidad y Tobago, Marco “el Chiquidrácula” Rodríguez estuvo en el Cuscatlán en el empate a dos goles por bando ante los caribeños.

Luego, en el juego contra Estados Unidos del sábado pasado, el encargado de impartir la justicia deportiva fue Benito Armando Archundia.

Marrufo tiene mucha experiencia. El año recién pasado estuvo en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. ha sido calificado como uno de los mejores silbantes de la región, por lo que su trabajo podría estar garantizado.

El defensa salvadoreño Luis Anaya se perderá su tercer juego consecutivo en esta hexagonal de CONCACAF por lesión, pero le tiene fe al grupo que viajó a tierras costarricenses para que consiga un resultado positivo hoy y siga con aspiraciones de clasificar a una tercera copa mundial.

¿Cómo ve a la selección nacional desde afuera de cara a su juego de hoy contra Costa Rica?

Después de hacer un grandioso partido contra Estados Unidos, la selección va muy motivada, pero sabiendo que tiene dos bajas importantes que han estado dentro del equipo titular (Cristian Castillo y Eliseo Quintanilla), pero esperamos que el grupo se compenetre y entre a jugar con una mentalidad ganadora.

¿Cómo valora la actuación de Mardoqueo Henríquez y de Julio Martínez en el juego del sábado?

Excelente. Sabemos que Mardoqueo es muy importante en su equipo, demostró jerarquía y tiene capacidad para adaptarse rápido a cualquier sistema. Julio también volvió a demostrar la calidad de jugador que es y si ingresan en el once titular hoy, les deseo muchos éxitos.

¿Qué análisis hace como jugador del partido contra Estados Unidos, en el que empatamos 2-2?

Es bastante positivo porque los jugadores mostraron todo el coraje y el trabajo que se ha hecho con el cuerpo técnico y la confianza que Carlos De los Cobos le da a los jugadores es la que nos da la esperanza de ir a un nuevo mundial.

Después de dos juegos de hexagonal, ¿cree que se puede conseguir un buen resultado en Costa Rica?

La última vez que fuimos allá se perdió, pero dejamos un buen sabor de boca, que en ocasiones claras perdimos oportunidades, pero creo que los compañeros van con la mente fortalecida en hacer un buen trabajo.

¿Quién cree que llega con más presión para ganar hoy?

Costa Rica está más presionado porque está en su cancha y porque sabe que no demostró un buen fútbol contra México.

Como verlo en el estadio Cuscatlán, y hasta mejor. Los aficionados tienen una excusa perfecta para salir de sus casas hoy por la noche. La selección no juega en el país, se podrá ver por televisión, pero también en pantalla gigante.

Todo lo que deben hacer los aficionados es salir de sus casas y dirigirse al Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), antes conocido como Feria Internacional, antes de la hora del encuentro y podrán ver a la Azul en pantalla gigante en su enfrentamiento ante los ticos.

No solo en una. En tres. Igual que el año pasado, cuando El Salvador inició la ronda de grupos ante Costa Rica, el 20 de agosto, y gracias al programa Libras de Amor, los salvadoreños podrán ver a su selección como que fuera el cine.

El costo de la entrada será de $5 en general y $15 en platea. Se encuentran a la venta en los quioscos de Libras de Amor ubicados en Metrocentro, Plaza Simán y Multiplaza.

Los organizadores esperan contar con mayor cantidad de público que para la vez anterior, cuando, recuerda Iván Flores —miembro de la Barra Azul y de Libras de Amor—, “vino un vendedor con 300 hamburguesas y se las acabo todas, además de un puesto de carne que tampoco fue testigo”.

El extra LPG

Entradas a la venta en los quioscos

Si usted aún no tiene su entrada para ver el partido de El Salvador y Costa Rica en pantalla gigante en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), todavía puede adquirirlas en los quioscos del programa Libras de Amor, ubicados en Metrocentro, Plaza Simán y Multiplaza, además de en el mismo lugar del evento. El valor de las entradas es de $5 general y $15 platea. Todos los fondos son para Libras de Amor.

“Aunque Costa Rica ha tenido resultados positivos en los últimos juegos contra El Salvador, todos los partidos son diferentes. Será difícil para los dos equipos.”

Gabelo Conejo, ex mundialista tico

Gabelo Conejo, mundialista con la selección costarricense en Italia 1990, señaló que la cancha de pasto artificial del Ricardo Saprissa es una ventaja para el equipo tico que se enfrentará a su similar salvadoreña esta noche en ese escenario.

“Jugar en cancha de grama artificial es una de las ventajas para Costa Rica porque la conoce bien. La cancha del Ricardo Saprissa es rápida”, apuntó el ex guardameta que tuvo un paso por el fútbol español en los noventa.

Conejo dijo que el juego entre ticos y cuscatlecos será difícil para los dos equipos, pese a que en los últimos choques la historia ha sido positiva para los dirigidos por Rodrigo Kenton. El 20 de agosto del año pasado Costa Rica ganó 1-0 a El Salvador en el Saprissa.

Tres meses después, los ticos dieron cuenta de la Azul en el estadio Cuscatlán con cartones de 3-1. A pesar de esos resultados, Conejo considera que todos los partidos son diferentes.

Costa Rica viene de caer 2-0 contra México, pero Gabelo, quien trabaja para la federación de fútbol de su país, se toma ese resultado con normalidad.

Impulsados por el deseo de apoyar a la Azul, un grupo de salvadoreños desafió 20 horas de camino en autobús e incursionó a territorio “pura vida” para estar presente en el estadio Ricardo Saprissa, donde la selección cuscatleca disputará hoy contra Costa Rica el tercer juego de la hexagonal rumbo a Sudáfrica 2010.

Fueron tres autobuses los que viajaron a suelo tico para reiterar su amor al azul. Uno de Envy Travel, con 49 salvadoreños —44 hombres y cinco mujeres— y que cruzó tres fronteras, además de soportar el vaivén de un viaje de 1,500 kilómetros (solo de ida) para decir presente en San José, donde anhelan otra buena actuación cuscatleca.

Desde los primeros kilómetros del recorrido que inició en el bulevar de Los Héroes, el fútbol, la cerveza y la selección fueron los temas en las conversaciones furtivas de los aficionados.

Un par de horas fueron suficientes para separar al grupo entre los abstemios, los bebedores moderados y los que no le ponen freno al consumo del alcohol.

Con el recuerdo del 2-2 contra Estados Unidos, el casi medio centenar de salvadoreños no escatimó fe ni confianza en la Azul, que marcha invicta y sigue ganando credibilidad.

Un empate y un triunfo ajustados a favor de los pupilos de Carlos De los Cobos fueron los pronósticos de un pequeño sondeo entablado en una conversación al interior del autobús.

Entre el grupo de los que ven favorable una victoria cuscatleca están las hermanas Gilma Yesenia y Rina Yaneth Soriano, que después de 12 horas de viaje, al igual que la mayoría, ya lucían fatigadas, pero con el optimismo intacto.

“Es la primera vez que viajo para apoyar a la selección y creo será una experiencia inolvidable”, enfatiza Gilma, una de las ganadoras de la promoción de LA PRENSA GRÁFICA y Envy Travel.

Para el resto, seguir el hilo de una película y bajarse a comprar en alguna estación de servicio rompen la monotonía de ir sentado viendo el relieve del territorio nicaragüense y costarricense.

El desvelo y la fatiga están marcados en los rostros de los viajeros de espíritu aventurero que ya se veían en el Saprissa aplaudiendo a la Azul. Ahí estarán hoy.

Mario Ernesto Posada

El técnico de la selección salvadoreña de fútbol, Carlos De los Cobos, viajó hoy a eso de las 7:30 a.m. rumbo a San José, Costa Rica, para incorporarse a la concentración de la Azul, que mañana por la noche se enfrentará a Costa Rica, en la tercera fecha de la hexagonal final de CONCACAF.

El mexicano abandonó anoche, después de las 10:00 p.m, el hospital en donde fue sometido a varios chequeos médicos para verificar su estado de salud luego de que el sábado, posterior al empate 2-2 ante Estaos Unidos, sufriera algunos síntomas como mareos, que no dejaron de inquietar ni al mismo De los Cobos ni a los galenos que lo atienden regularmente.

Uno de esos especialistas, Luis González, confirmó que De los Cobos recibió el alta médica y la respectiva autorización para agarrar el avión rumbo a suelo tico.

El timonel de la Azul sufrió a inicios del año pasado problemas de irrigación de sangre en el cerebro, por lo que tuvo que ser hospitalizado en Monterrey (México). Algunos problemas de salud familiares sumados a las constantes dificultades que De los Cobos ha tenido que enfrentar para hacerle frente de la mejor manera a la eliminatoria mundialista, habrían mermado la salud del azteca.

Hasta ayer, la FESFUT no se había manifestado oficialmente sobre el tema. Incluso, ninguno de los personeros de la comisión normalizadora de la federación de fútbol visitaron a De los Cobos en el hospital. En el centro médico, el mexicano si contó con el respaldo de Eduardo Palomo y Jorge Bahaía, presidentes del COES y FESA, respectivamente, y amigos personales del entrenador.

No se sabe con certeza quien correrá con los gastos tras la hospitalización del entrenador mexicano, de los que se supo son considerables.