El presidente de la comisión normalizadora de la Federación Salvadoreña de Fútbol aseguró que ya se tuvo una conversación con Carlos De los Cobos para buscar su continuidad al frente de la Azul.

Escrito por Christian Peñate

Carlos De los Cobos todavía no tiene claro si va a continuar con la selección salvadoreña. Se rumora que podría tener ofertas en el fútbol mexicano, pero no hay nada concreto.

En la comisión normalizadora de la FESFUT se habla de una buena relación con el azteca, sobre todo en la gestión de Reinaldo Vásquez, y que no habrá problemas para que el míster continúe. Se hablará del tema luego del último partido de la hexagonal, ante Honduras, el próximo 14 de octubre.

En frío, ¿qué viene ahora en la FESFUT para el futuro del seleccionador nacional Carlos De los Cobos?

Como comisión normalizadora hemos establecido que estamos en toda la disposición para empezar a platicar con él. De hecho ya se hizo en la primera reunión que tuvimos con él como comisión, ya presidida por este servidor. Se le hizo saber como comisión la posibilidad de buscar una prolongación del período de su contrato. Él ya tiene clara la intención de la comisión. Él nos dijo que estaba buscando una solución con su señora para ver si la lograba traer a vivir a El Salvador. Esperemos que esto salga bien. Él conoce la intención de nosotros y se lo hemos reiterado. Creo que tendríamos que salir de los partidos eliminatorios que nos faltan para iniciar un plática más formal con él.

¿Dependerá solo del tema familiar para que De los Cobos pueda continuar?

No, yo entendería que él pudiera hacer otro tipo de valoraciones. Se menciona que tiene ofertas de trabajo de otro lado.
¿Ofertas de qué país?

Yo, particularmente, solo conozco lo que se ha hablado de un equipo de México. Lo que he oído a nivel de rumor es algo de Guatemala en cuanto a un interés por De los Cobos. Él ya conoce la intención de la comisión de prolongar su período de contrato con la FESFUT.
Habla de una intención clara de renovarle contrato a De los Cobos, pero, ¿qué le han ofrecido ustedes en cuanto a mejoras salariales y prestaciones para que continúe el míster?

Pues, no, porque la plática aún no llega a manejar algún tipo de ofrecimiento. Lo que pretendemos en su momento es hacerle saber a él nuestro interés para renovarle el contrato. Después de la hexagonal, y ojalá que podamos ir a un repechaje, será el momento indicado para tocar el tema con tranquilidad.
¿Y cómo se van a resolver temas logísticos como la falta de canchas para entrenar y darle un autobús digno a las diferentes selecciones?

Bueno, de hecho esas son cosas que él nos mencionó muy puntualmente en la misma reunión donde le hicimos ver nuestra intención de que él continúe con la selección. Creo que la comisión deberá buscar una solución. Estamos buscando opciones. Hay una empresa en Costa Rica que ofrece un tipo de financiamiento para poder llevar a cabo la construcción de una cancha con grama artificial en la federación. Tenemos que garantizar al técnico que estos problemas logísticos no se den más. Tenemos en la federación un contingente de la Corte de Cuentas como resultado de todo lo que se generó antes del partido de México (el pasado 6 de junio en el estadio Cuscatlán).
La afición sigue pidiendo la continuidad de Carlos De los Cobos al frente de la selección nacional. En cada juego aparecen pancartas de apoyo para el timonel mexicano. ¿Es eso un compromiso o una presión para ustedes?

La verdad es que yo no lo miraría como presión. Eso es algo que Carlos se ha ganado con su trabajo y su manera de comunicarse con toda la afición. Yo diría que eso en parte sí nos compromete a la hora de hablar de su renovación. La gente quiere que busquemos una renovación con él.
¿Estaría en la mesa de discusión el tema económico a la hora de hablar de una renovación de contrato de Carlos De los Cobos?

Por supuesto que tiene mucho que ver. Pienso que en El Salvador tenemos algunas realidades económicas que tenemos que tomar en cuenta a la hora de tomar estas decisiones. También viene a corto plazo el período de renovación de contrato de algunos patrocinios.
¿Habría un límite salarial basado en nuestra realidad, para hablar de la renovación de De los Cobos?

Yo entendería que deberíamos de tener un límite. Este es un país pobre y es una federación con limitaciones. No hemos establecido un techo, pero creo que tendrá que establecerse para ver qué es lo que le podemos ofrecer al técnico desde la parte económica.
¿Prestaciones como el otorgamiento de un vehículo para uso del seleccionador y la apertura de la posibilidad de que De los Cobos traiga a su esposa a vivir al país caben dentro de la FESFUT ahora que viene la etapa de renovación de contratos con patrocinadores?

Exactamente. Ahí hay dos aspectos. Uno que es el nivel salarial y aspectos como su boletería para que Carlos vaya cierta cantidad de veces a Monterrey (México), el lugar donde habita aquí y otros detalles. La comisión normalizadora tendrá que manejar este tema de la renovación de contrato de Carlos De los Cobos. Ya hemos hablado del tema y creo yo que se facilitaría por la buena relación que hay con Carlos.
¿Si la normalizadora se hará cargo del tema de la continuidad de De los Cobos, no cree que desde enero de 2010 se debería empezar a trabajar de cara a Brasil 2014 con el timonel mexicano?

Claro. La idea es renovarle para la etapa del próximo mundial. Yo pienso que parte de los resultados exitosos que ha tenido nuestra selección nacional se debe a la continuidad que se le ha dado a Carlos De los Cobos. No debemos romper el ciclo de Carlos De los Cobos. Esperamos que sea con él. Él conoce bien el medio nuestro. Estamos en un buen momento.
El tema del autobús es otro de los puntos que ha dado problemas para el trabajo de selecciones nacionales, sobre todo a escala mayor. ¿Han pensando en adquirir una flotilla de buses de cara a la próxima eliminatoria?

Pues, yo diría que sí. Tenemos que hacerlo porque no nos alcanzan las unidades para atender las diversas necesidades que tienen las selecciones nacionales. Además que se gasta mucha plata con los autobuses que tienen que alquilarse para diferentes eventos.
¿Cuándo van a dar un reporte detallado de los ingresos percibidos por los partidos que juega la selección nacional, sobre todo en Estados Unidos?

Bueno, cuando vinimos a esta comisión la selección cobraba entre $20,000 y $30,000. Ahora cobra $65,000 en nuestro mercado que está en Estados Unidos. En la tesorería de esta federación no solo se maneja la emisión de cheques. Allá por enero de este año me llevé una sorpresa que no fue agradable porque había dificultades en la parte contable por un atraso contable de un año y tres meses, por eso es que no hemos podido facilitar números, no solo de los partidos en Estados Unidos, sino de todos los ingresos y gastos de la federación. Entendemos que esa crítica ha sido recurrente en la opinión pública. Estamos preparando los balances de todo ese tema financiero. Estamos esperando el informe de la Corte de Cuentas y del Ministerio de Hacienda sobre el juego realizado como local contra México. Ojalá que podamos tener estas cuentas claras para la afición.
¿Entonces, sigue la FESFUT en el ojo del huracán?

La verdad que sí. Sin embargo, uno sabe que esto es así.
¿Podría haber rebajas en los precios para el juego eliminatoria ante Honduras programado para el 14 de octubre próximo para cerrar la hexagonal de CONCACAF?

Creo yo que debemos tener cuidado cuando se toman esas medidas. Porque no podemos desvalorizar a nuestra selección. Nos ha costado retomar el nivel que esta selección tenía en años anteriores. Sin embargo, es algo que tendrá que valorarse en ese momento. Tendríamos que evaluar las posibilidades de la selección en ese momento. Por ahora estamos satisfechos con el apoyo que hemos recibido por parte de la afición.

“Él (De los Cobos) tiene clara la intención de la comisión. Él nos dijo que estaba buscando una solución con su señora para ver si la lograba traer a vivir a El Salvador.”

“Después de la hexagonal, y ojalá que podamos ir a un repechaje, será el momento indicado para tocar el tema de la renovación de Carlos con tranquilidad.”

“En El Salvador tenemos algunas realidades económicas a tomar en cuenta a la hora de tomar estas decisiones. Viene renovación de contrato de patrocinios.”

El delantero de la Azul partió ayer a México para incorporarse al León, con la amargura de saber que no podrá jugar en el estadio Azteca. No criticó al árbitro Armando Archundia.

Escrito por Gabriel Campos Madrid

Al minuto 54 del juego contra Costa Rica, el miércoles anterior, Rodolfo Zelaya vivió su peor momento de la noche. Ahí, el árbitro mexicano Armando Archundia entendió que el jugador bajó el balón con las manos deliberadamente y le mostró la tarjeta amarilla.

Desde ese momento todo fue distinto para el atacante salvadoreño, que sabía que se perdería la próxima jornada del 10 de octubre, ante México, en el estadio Azteca, donde la selección se juega la vida o la muerte y hasta conseguir un sitio en la historia.

Antes de partir hacia el país azteca, donde hoy se incorporará de nuevo al trabajo de su equipo, el León -que mañana tiene una dura visita ante el Necaxa-, Fito dijo sentirse muy tocado por tener que ser ausencia obligada ante los mexicanos.

“La verdad es que estoy muy triste porque quería jugar ese partido, pero ni modo, así es el fútbol y me tocará verlo desde las gradas”, se sinceró el atacante que ha sido fijo en la hexagonal de CONCACAF.

Sobre la decisión arbitral que lo dejó fuera del trascendental choque en las aspiraciones de la Azul, Zelaya prefirió no pronunciarse y solo admitió que si el silbante decidió amonestarlo es porque él lo entendió así.

“De eso no voy a decir nada. El árbitro es el que manda en la cancha y si él decidió amonestarme es su criterio y lo respeto. Sí me duele perderme el juego contra México”, reconoció el puntero.

Incluso con su ausencia, Fito espera que sus compañeros de selección puedan cosechar un buen resultado en su visita al D.F., aunque menciona que por la historia y lo que significa jugar en el Azteca será difícil.

“Soy sincero y va a ser un juego difícil. México tiene en el estadio Azteca una de sus armas. Pero confío en que mis compañeros van a hacer todo lo posible por poder conseguir un buen resultado”, dijo.

Y cuando habla de dificultad no lo dice sin conocimiento de causa, sobre todo si se toma en cuenta el alta médica que recibió el defensa del Barcelona Rafael Márquez, quien podría ser de la partida ante los salvadoreños.

Dosis de motivación

Lo que tampoco ocultó es que la victoria sobre Costa Rica significa una alta dosis de motivación para el juego contra los aztecas, sobre todo porque todavía se tienen algunas esperanzas de poder alcanzar el repechaje contra el quinto lugar de la confederación suramericana.

“Salimos contentos, satisfechos por la victoria porque la merecíamos. Todo el grupo se aplicó para salir adelante y todavía estamos con vida peleando por el repechaje”, mencionó Zelaya.

“Estoy muy triste porque quería jugar ese partido, pero ni modo, así es el fútbol y me tocará verlo desde las gradas. (De la amarilla) no voy a decir nada.”
Rodolfo Zelaya,delantero de El Salvador

Desde que debutó en la selección nacional, el 6 de septiembre del año pasado -en la victoria 5-0 sobre Haití, donde convirtió tres goles-, Rodolfo Zelaya se convirtió en el delantero estelar de la Azul.

Escrito por Gabriel Campos Madrid

Desde entonces, ha sido fijo en cada uno de los juegos de la eliminatoria, y es por eso que con su ausencia obligada en el próximo juego en México se abren las puertas para la titularidad de Rudis Corrales o Williams Reyes.

Ambos atacantes son las primeras opciones que podría manejar el técnico nacional Carlos De los Cobos para el compromiso del 10 de octubre en el estadio Azteca.

Corrales marcó el gol con el que el miércoles anterior se derrotó a Costa Rica -en el último minuto- y el que todavía mantiene con vida, matemáticamente, a la Azul por alcanzar el repechaje rumbo a Sudáfrica 2010.

Por el contrario, Reyes no fue considerado como alternativa, ni siquiera estuvo en el banquillo de suplentes, para el duelo contra los costarricenses.

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ESTE GRUPO SE HA CONVERTIDO EN EL MOTOR DE UNIDAD DE UN PAÍS DONDE DIVIDIRSE HA SIDO NORMA. EL CAMINO A SEGUIR DEBE SER COHERENTE CON EL DESEO DE ESE AFICIONADO QUE LE ACERCA SU MANO AL TÉCNICO CARLOS DE LOS COBOS PARA AGRADECER POR ESTAS ALEGRÍAS. Y POR ESTA IDENTIDAD.

Son dos vertientes que confluyen en las mesas de los bares, de los cafés, en los programas deportivos, en la calle. Una busca ganar sea como sea, sin importar la forma. La otra quiere ganar, nadie compite con la con la intención de perder, pero importa la forma cómo se gana tanto como el resultado. En algunos países estas vertientes se definen con apellidos de técnicos antagónicos, enfrentados ellos por estas dos corrientes defendidas mas por conveniencia mediática que por convicción.

Históricamente, el fútbol de El Salvador ha residido en el intrascendente medio de estas vertientes. Quizá hasta ahogados por las mismas. Ni resultados, ni forma. Hubo quienes nos colocaron momentáneamente en esa corriente donde se gana jugando bien. El fútbol de la selección de México 70, sin entrar en grandes detalles, tenia personalidad, se paraba con orden y aun a pesar de sus limitantes atléticas era un equipo que buscaba el arco rival como motivante principal de su juego.

La selección que clasificó a España 1982 era un equipo voluntarioso, con alta cuota técnica y la comandancia de un jugador con virtudes únicas (hasta la fecha subestimadas) como Norberto Huezo. Pero ese equipo carecía de fortaleza táctica. Ganó partidos grandes jugando mal y subordinado a los zarpazos del “Pájaro” y del “Mágico” González. Fueron estas dos las más exitosas generaciones de nuestro fútbol, aunque ninguna nos dejó la definición de un sello permanente.

Definir un estilo le permite a nuestro fútbol encontrar el rumbo para llegar a un resultado. Las selecciones se definen por eso, por la forma de juego, por la cultura futbolística que representan. Argentina se definió por su potrero, Brasil por su gambeta, Uruguay por la garra, a España la definió la furia y cuando supo que con eso no ganaba, encontró el “tiki-taka”. Son sellos que abanderan procesos y permiten el seguimiento de creencias para apoyarse en ellas de manera permanente. Los técnicos de turno se acercan o se alejan de esa línea filosófica. Es el parámetro.

Ninguna de las mejores selecciones de nuestra historia arrancó desde los oscuros lugares que dieron origen a esta selección de hoy. No habitábamos ni cerca de las corrientes del fútbol. La marca “Selección de Futbol de El Salvador” no era atractiva. Conocimos un fondo histórico. El mismo Cuscatlán que hace unos días se descamisó para alentar a la Selecta, recibió este ciclo ovacionando al rival. Insólito. En noviembre de 2006, cuando Carlos de los Cobos dirige su primer partido en el Cusca, la Azul era 169ª del ranking de FIFA y el partido ante Panamá terminó con el público abucheando a los jugadores nacionales. Varios de ellos cargando una racha de doce partidos sin ganar.

Esa selección arrancaba sin nada. No había idea, tampoco habría conciencia que debíamos instalarnos de algún lado y en alguna corriente. Definir cuál corriente seguir es subjetivo y vinculado directamente a la cultura futbolística, una que también habíamos perdido. Con eso se encontró De los Cobos. La lista de necesidades era larga y no cualquiera se atrevía a iluminarnos cuando nos pasamos los años quebrando focos. El equipo tenia que limpiar las toxinas heredadas por generaciones que convivieron con la derrota. Había que obligar a los jugadores a asimilar una y tener fe. Quizá lo mas complicado cuando estos jugadores habían crecido sin esperanza de trascender y entre una inoperante estructura.

El Salvador conoció pocas victorias en el arranque, pero ganó mucho. Colocó la piedra fundacional de la mayor virtud de Carlos De los Cobos: la paciencia. La meta no era ganar un partido sino definir formas de juego sostenibles. El mexicano solo ganó cinco de sus primeros veinte partidos, pero triunfó en la instalación de una identidad desconocida hasta entonces. La Selecta encontraba el toque asociado, el orden y la marca escalonada y las bondades técnicas tan nuestras de los de arriba. ¿El primer partido ideal? Hecho ante China. Abril de 2008. 15 meses después de haber asumido en el cargo. El Salvador se daba a conocer como un equipo complicado de romper en el fondo, pero con la malformación hereda por la falta de delanteros. Mal congénito de aquellos que prefieren a los goleadores de afuera sin desarrollar a los de adentro.

Con identidad, sello, respeto a una idea y sobre todo una reconfirmada fe en la persona del técnico, los resultados aparecieron. En un año la Selecta le ha ganado a México, tuvo a Estados Unidos contra las cuerdas en dos partidos, jugó mejor que el local en San Pedro Sula (que por historia ha sido complejo) y le ganó a Costa Rica en dos oportunidades con dos recetas distintas, al pelotazo largo como en la Copa de Oro y haciéndoles correr detrás de la pelota como en esa mágica noche en el Cusca.

Este proceso ha llevado tiempo, pero ha sido una conceptualización mas ágil de lo que pensaban hasta los mas optimistas. Ahora que nos hemos establecido en una vertiente, con la aceptación de una filosofía de juego, ¿qué detiene a quienes mandan en nuestro fútbol para prolongar este proceso? ¿Qué necesitan ver para creer definitivamente en Carlos De los Cobos como el guía mas coherente para nuestras selecciones? El Cuscatlán lo adora y con eso basta. Decídanse a ampliar la base de interpretes de esta filosofía. Permitan que los mas jóvenes la conozcan cada vez mas temprano en su desarrollo. Que los menores jueguen como los grandes, con la misma idea. El aficionado esta determinado a empujar por la extensión del contrato del míster y creería que muchos a favor de convertirlo en el personaje mas influyente de todas las selecciones.

Este grupo se ha convertido en el motor de unidad de un país donde dividirse ha sido norma. La selección se ha confirmado como patrimonio nacional y como tal, merece quedar inmune de los trastornos dirigenciales que desvirtúan su imagen. El camino a seguir debe ser coherente con el deseo de ese aficionado que le acerca su mano a De los Cobos para agradecer por estas alegrías. Y por esta identidad.

El combinado salvadoreño tendrá en Querétaro su base de concentración de cara al juego contra “el Tri” en el estadio Azteca.

Escrito por Christian Peñate

El proceso de preparación para la selección nacional de cara al choque eliminatorio contra México el próximo 10 de octubre en el estadio Azteca ya está definido.

Ayer, tanto César Saldaña, secretario general de la FESFUT, como Reinaldo Vásquez, presidente de la comisión normalizadora, confirmaron que el equipo nacional estará una semana en Querétaro (México) para adaptarse a factores como la altura para encarar de la mejor forma a los aztecas. “El equipo se va a concentrar allí. Querétaro está a una hora de la capital mexicana. Esperamos que podamos dejar de lado los problemas de la altura. Por ahora solo nos falta definir en qué hotel va a ser la concentración”, apuntó Vásquez.

El equipo nacional saldrá el lunes 5 de octubre hacia territorio mexicano, por sugerencia del seleccionador Carlos De los Cobos, quien tendrá cerca a sus padres, Rafael y América, que viven en la cuidad de Querétaro.

El míster mantiene la fe de que la selección salvadoreña pueda ganar el derecho a disputar el repechaje de la zona contra el quinto lugar de las eliminatorias de Suramérica.

“Si ponemos sobre la balanza lo que tenemos, es difícil que podamos estar metidos en la disputa y llegar a pelear por uno de los tres puestos directos. Pero albergamos esperanza de llegar a tener la opción de quedar en el cuarto puesto y así vamos a pelear (por la plaza mundialista), que ya sería fantástico”, aseguro el seleccionador.

El Salvador tiene, por el momento, ocho puntos y aún hay seis unidades en disputa: primero ante México el 10 de octubre en el estadio Azteca y luego ante Honduras cuatro días después en el estadio Cuscatlán. Tiene que ganar esos dos juegos y esperar que tanto los ticos como los catrachos no sumen en los juegos que les restan.
Juegos amistosos

El presidente de la normalizadora aseguró que cabe la posibilidad de disputar un choque que fogueo el próximo 30 de septiembre.

El federativo señaló que ya hay contratistas que están buscando ese posible partido de preparación antes de que la Azul encare a los aztecas en la segunda vuelta de la hexagonal.

Arturo Álvarez cumplió su sueño de jugar en el Cuscatlán ante Costa Rica. Contó que le habían dicho que “Vietnam” -el sol general del “Coloso de Monserrat”- era “cosa seria”.

Escrito por Christian Peñate
Sueño realizado. Arturo Álvarez conoció el estadio Cuscatlán y jugó -y ganó- allí ante la selección de Costa Rica en una eliminatoria mundialista.

Además de eso, visitó, aunque sea por unos instantes, el centro de San Salvador, la capital del país de sus padres. Se llevó una buena impresión, por lo que quiere venir de nuevo. “Me gustaría regresar, pero con mucho más tiempo para poder ir a la playa y conocer más a fondo. Quiero conocer El Salvador un poco más”, externó el volante del San José de la MLS.

Eso no fue la única sorpresa para el volante de la Azul. En el hotel de concentración del equipo nacional estuvieron dos de sus hermanas a las que nunca había visto cara a cara. Solo las conocía por fotos y conversaciones telefónicas. Álvarez realizó una visita corta a “su” país -es nacido en Estados Unidos- por temas deportivos, pero tuvo tiempo para conocer un poco más de su árbol genealógico. “De casualidad (sus hermanas) andaban acá en San Salvador y tuve el placer de conocerlas antes del partido. Fue algo muy bonito. Nos sentimos como que nos conocíamos desde hace mucho tiempo.”

Álvarez jugó un buen partido ante los ticos, pero lo que más le tocó sus sentimientos fue que la afición empezó a corear su nombre. “Los compañeros me decían que ‘Vietnam’ es cosa seria. Me gustaría ser querido por el publico salvadoreño”, dijo antes de volver ayer a suelo gringo.

Aparte del apoyo de la afición salvadoreña, en especial de la Barra Azul, hubo empuje gringo para que la selección nacional alcanzara la victoria ante Costa Rica.

Escrito por Christian Peñate

Blue jeans y blusas cómodas. Lentes de intelectual. Dos blancas y una morena. Espíritu liberal bien definido que se combinaba con sus aspectos: Emily Clyne, Lauren Brooks y Namitha Jacob, tres estadounidenses que laboran para una organización no gubernamental en El Salvador, dieron su apoyo a la Azul.

Las primeras dos son de Nueva York y la otra es de Texas. Llegaron al Cuscatlán para darle todo el apoyo a la selección nacional. Apenas hablan el español, pero no tartamudeaban para decir “Yo soy guanaco, un sentimiento” con la Barra Azul, que junto a los 15 ganadores de la promoción conjunta entre LA PRENSA GRÁFICA y Digicel apoyó sin condición a la selección.

Bailan cumbia quizá como cualquier salvadoreño. Los ritmos tropicales son para ellas y no el rock and roll, como se habría podido suponer a causa de su nacionalidad. No conocen ningún tipo de complejo.

Ninguna de las tres sabe a cabalidad quiénes son los jugadores de la Azul, pero el que usa el número 17, Cristian Castillo, les llamó la atención. Una de ellas preguntó si el volante del León de México está casado. Cuando supo que sí, tuvo que conformarse con admirarlo como jugador.

Las tres estadounidenses conocen más ahora a los jugadores de la Azul que a los de la selección gringa. Les preguntaron por Landon Donovan, una de la estrellas del equipo gringo, pero quedaron igual. Desconocen que es uno de los mejores jugadores de ese país y de la región de CONCACAF.

Llegaron a apoyar sobre todo porque el precio de $5 por una localidad de sol general les pareció razonable para su bolsillo. Las tres damas sufrieron junto a los hinchas salvadoreños. Cuando llegó el tanto de Rudis Corrales se abrazaron con todos los aficionados que estaban en ese lugar. No faltó aquel al que se le pasó la mano en el festejo con las chicas, pero en la euforia no hubo tiempo para buscar a responsables de algunos roces de cuerpo que van más allá de lo permitido y normal.

Las tres personas de esta historia también estuvieron pendientes de la pizarra del estadio. Después del tanto de Corrales, pidieron a gritos el pitazo final del árbitro central Armando Archundia, que no tuvo su mejor noche ayer en el Cuscatlán.

Al final del juego, las tres extranjeras salieron con precaución del estadio por el hecho de que temían un poco por su integridad, pero se fueron sin problemas hasta Metapán, donde laboran para una organización que desarrolla proyectos rurales.

Otra vez el fenómeno “Vietnam”

Olor a hierba, bolsas plásticas llenas de orines y agua, recordatorios de progenitoras, el jugador que ve la pantalla para mirar la repetición de su jugada. Sí. Todo eso es “Vietnam” o sol general. Ese lugar donde se vive con intensidad. Esa es la zona donde el dinero que se paga por la localidad nunca pesa al aficionado. Allí, a diferencia de los otros sectores del estadio, hasta los desconocidos se abrazan y ahí se hacen amigos para celebrar conquistas de la selección nacional. Ayer no fue la excepción. El choque entre El Salvador y Costa Rica tuvo eso y más. Al árbitro azteca Armando Archundia jamás en la vida le recordarán a su madre como lo hicieron anoche. El adjetivo “perro” fue lo menos que le dijeron todos los aficionados que estaban congregados en ese sector.

Luego, el volante tico Cristian Bolaños iba lleno de zozobra a la hora de ir a cobrar los tiros de esquina por la banda izquierda. Allí había aficionados que se acercaban la malla para gritarle de todo al costarricense. A lo mejor en su país, o en otra cancha, nunca le ha pasado eso, por lo que lo veía con cierta extrañeza.

Pero ni los jugadores salvadoreños se salvaron de los objetos. Cerca del final del juego, el zaguero Manuel Salazar sacó una tortilla que había caído al terreno de juego.

El sonido local pedía que no se lanzaran objetos al terreno de juego, pero a los hinchas les daba igual la súplica. Al que hacía la solicitud también le recordaban a su progenitora, pese a que hacía una advertencia clara de posibles castigos para la cancha o una multa para la FESFUT. Hoy habrá que esperar el informe del árbitro Archundia.

El delantero no podrá jugar ante México (en el estadio Azteca) por acumulación de dos tarjetas amarillas, mientras que ayer la Azul cumplió casi a la perfección su libreto táctico.

Escrito por Gabriel Campos Madrid

¿Cuánto pesa Rodolfo Zelaya en el ataque de la selección nacional? Mucho. Pelea, complica -en muchas ocasiones define-, asiste, crea y por sí solo es capaz de marear a toda una defensa. Lo hizo contra México en el Cuscatlán y ayer Costa Rica lo vivió.

Y por eso es que entre toda la algarabía por la victoria de ayer ante los ticos -sufrida, pedida, rogada, soñada y esperanzadora-, la tarjeta amarilla que el árbitro Armando Archundia le mostró al minuto 54 -quizá de forma rigorista- es la mala noticia del partido, pensando en el próximo juego, ante México en el estadio Azteca.

El resto es de destacarlo. De nuevo la selección se plantó sin miedo ante un rival que hoy amaneció con una alta dosis de nerviosismo sobre su espalda.

Para los ticos, el boleto, que hace tres fechas atrás era casi una realidad, hoy es una incertidumbre y algo que se considera remoto. Sobre todo porque México ya se les despegó tres puntos a falta de seis para terminar la eliminatoria.

Ramón Sánchez volvió a mostrarse solvente como único contención. No fue necesario llenar de marca el medio campo para cortar la creatividad de Bryan Ruiz y Walter Centeno, quien ingresó en el segundo tiempo. Él solo se dio abasto para cortar desde el medio terreno los intentos de los costarricenses, que no tuvieron más que apostar a entrar por las bandas, sin mayor trascendencia.

Esto porque Manuel Salazar y Deris Umanzor también cumplieron una buena faena. No se desbocaron a colaborar con el ataque. Lo hicieron con medida y pensando más en su tarea de defender y no dejar desprotegidos a Marvin González y Mardoqueo Henríquez, otro que cumplió en un buen nivel.

Así fue el mandato de Carlos De los Cobos, porque adelante siempre había ideas para desdoblarse. Arturo Álvarez -que salió lesionado, pero arropado por los aplausos de la afición-, Eliseo Quintanilla, Osael Romero y Cristian Castillo, aunque a veces con poca velocidad, supieron encontrar la forma de tocar la puerta tica.

No en vano dos pelotas fueron al poste -una hasta traspasó la línea de gol-, cuatro pasaron rozando la meta y una dio la alegría con la que se amanece hoy.

No importa que el siguiente juego sea contra México en el mismísimo Azteca. Lo que importa es que anoche la Azul le ganó 1-0 a Costa Rica y se apresta a cerrar la hexagonal de CONCACAF tal y como la inició: con vida.

Escrito por Mario Ernesto Posada

Nadie en el Cuscatlán quería moverse de sus lugares. Nadie. Todos aguantaron estoicamente 90 minutos. Bueno, en realidad fueron 93, sumando los tres que agregó el árbitro Armando Archundia. Pero nadie quería moverse porque todos celebraban. Celebraba en la cancha Rudis, celebraba De los Cobos, celebraba “el Mudo” Montes. Celebraba Julio, el vendedor de cervezas. Celebraba Gloria, la vendedora de yuquitas. Celebraba el policía, celebraba la bombero. Celebraba la hinchada. Y había que celebrar. La selección sigue viva. La selección, en casa, sigue sin perder. La selección volvió a unir a un país en un mismo sentimiento y, en el Cusca, los 11 titulares y los tres hombres de refresco que entraron a la cancha no defraudaron a nadie.

Costa Rica, ese equipo que llegaba a tierras cuscatlecas sumamente golpeado tras caer 4-0 ante Honduras y 3-0 ante México, se fue con otro palo. No goleada, pero sí con otra derrota en el costal.

Y los ticos tuvieron suerte. Pero es que la apuesta les salió mal. Venían por el empate, simple y sencillamente no querían perder. No podían perder. Pero El Salvador, aferrado a las matemáticas para alcanzar por lo menos el repechaje contra el quinto de Suramérica para buscar un boleto al mundial 2010, no podía dejar escapar más puntos. Tenía que ganar.

Y ganó. Y lo hizo justo al minuto 90, con el tercer hombre de refresco que entró al terreno de juego. Rudis Corrales llegó en lugar de Deris Umanzor y en los 10 minutos que jugó, tuvo dos oportunidades claras. La primera la erró por poco. La segunda, la metió. Y cuando la metió, desató la locura en el Cusca.

Es que ya era demasiada mala suerte para la Azul. El grito de gol estaba atorado en la garganta de los aficionados que ayer, tras confirmar que siguen siendo leales a su patria, llenaron en un 85% aproximadamente “el Coloso de Monserrat”.

Los ticos, sin ser más que la Azul, se salvaron en cuatro ocasiones cantadas. La primera al ’35, cuando Cristian Castillo se sacó de la chistera una espectacular chilena que el meta Ricardo González alcanzó a arañar, haciendo que el balón chocara contra el larguero.

La segunda fue una jugada de riñón de Fito Zelaya, quien tras sacarse a media defensa tica y ya en el piso, dentro del área, alcanzó a meter la punta de su taco izquierdo, pero el disparo se fue apenas desviado.

La tercera fue otra vez de Castillo, quien tras la jugada individual de un excelso Arturo Álvarez en combinación con Fito Zelaya -quien se perderá el juego contra México por acumulación de amarillas- cabeceó dentro del área un balón que, tras ver la acción en la televisión, traspasó la línea de gol. Sin embargo, el irregular Archundia no contó con la asistencia del línea 2 y dejó que la jugada siguiera.

Pero hubo una cuarta ocasión en que todo mundo en el Cusca se quedó con la respiración cortada, de pie y lamentando el gol que no quería entrar. Y fue el mismo Rudis, un par de minutos después de entrar en lugar de Umanzor, quien pecó de egoísta y mandó el balón a un costado, aun y cuando Pacheco cerraba en óptima posición de disparo.

Pero al santarroseño le viene bien Costa Rica. Y tal y como le marcó en la fase de grupos, anoche volvió a horadar la portería tica. Y lo hizo al filo de la navaja, cuando la visita también había tenido lo suyo pero chocaba y chocaba contra el muro azul de Sánchez, Salazar, Mardoqueo, Marvin, Deris y el espectacular Montes.

Cuando la esperanza se apagaba, llegó Rudis, tras pase de Osael. Gol. Ocho puntos. Hay vida. Pero ojo: el 10 de octubre, en el Azteca, contra México…

Por Carlos Najarro

Rudis Corrales le dio a La Azul los tres puntos como local al marcar un gol de contragolpe, cuando ya se habían cumplido los 90 minutos reglamentarios. Fue una gran asistencia de Osael Romero que se produjo por la derecha y le dejó el balón servido a Corrales para que solo lo empujara.

Se vivió un partido de ir y venir para ambas selecciones. La jugada de lujo del encuentro sucedió al minuto 34 de la primera mitad cuando Cristian Castillo recibe de pecho un pase de Arturo Álvarez, y sin que el balón rebotara hizo una chilena que pegó en el travesaño.

Una vez más La Azul estuvo a punto de abrir el marcador con un cabezaso de Castillo que el defensa tico sacó dentro de la portería al minuto 68, pero el árbitro no avaló.

La justicia se hizo esta noche con el gol del delantero Corrales.“No estabamos muertos, estamos vivos y coleando”, dijo al finalizar el encuentro el técnico Carlos De Los Cobos.

La derrota cayó como un baldazo de agua fría a los costarricenses, que de momento se están clasificando para disputar el repechaje contra el quinto de Sudámerica.