“Aquí no pudimos ni siquiera abrir. El punto de venta es muy pequeño para la cantidad de gente que se aglutinó. El pueblo está ávido de buscar diversión.”
Daniel Quinteros,gerente de The Cell Zone
“Las entradas puestas a disposición del público han sido agotadas en un tiempo récord. Desde el mediodía no hay entradas en las tiendas Digicel y estadio Cuscatlán.”
Rodrigo Calvo,presidente de la normalizadora
Los boletos para el partido El Salvador-México se vendieron como pan caliente. Poco antes de las 6 de la tarde, Carlos Méndez Cabezas, miembro de la comisión normalizadora de la FESFUT, anunció que las 29,630 entradas puestas a la venta ya se habían agotado. Noticia que también fue confirmada por fuentes de Digicel, en cuya responsabilidad recayó la venta de aproximadamente 27,000 boletos.
Tempranito
Los primeros rayos de sol lo sorprendieron a la entrada de Metrocentro y la noche lo cobijó con su manto en el estadio Cuscatlán. Kevin Orellana, de 15 años, vivió toda una odisea por una entrada para el juego entre El Salvador y México del próximo 6 de junio.
El quinceañero, oriundo de Apopa, llegó junto a su tío al centro comercial a las 4:30 de la mañana, esperó por dos horas para que abrieran las instalaciones y luego, cinco horas más tarde —a las 11:30—, después de hacer una larga fila en la tienda, llegó al estadio Cuscatlán, donde esperaba finalmente conseguir su pase a sombra norte.
“Espero irme entre las 7 u 8 de la noche”, decía Orellana mientras contemplaba inquieto las largas filas de personas que esperaban se abrieran las taquillas en el Cusca.
Ayer, Kevin no asistió a clases —estudia noveno grado—, pero asegura que por la Azul cualquier sacrificio vale la pena.
Y es que no hay dudas. La selección nacional levanta pasiones y si el rival es México, la emoción se desborda. ¿Crisis?, ¿cuál crisis? Ayer, al igual que Kevin, los salvadoreños salieron masivamente a la calle, abarrotaron las ventas de boletos y provocaron incluso serios desórdenes.
En Metrocentro, por ejemplo, la tienda suspendió la venta sin haberla iniciado. Es que terminó asfixiada por una masiva afluencia que lució desesperada, que rompió un ventanal y que terminó obligando a que la venta de boletos se trasladara al Cuscatlán.
La hinchada azul se levantó con el alba. El local de Digicel de Plaza Mundo, al igual que las otras nueve tiendas autorizadas, recibió los primeros clientes a las 10 de la mañana, pero los iniciales compradores llegaron al lugar a buena madrugada.
“Yo vine a las 6 de la mañana, otros desde antes”, dijo Patricia Rivera, quien encabezaba una fila superior a 600 personas en Plaza Mundo.
En ese centro comercial soyapaneco, la venta arrancó con normalidad: los compradores, con número en mano, ingresaban de 10 en 10 y los que no cabían en el recinto esperaban su turno en el parqueo.
En Multiplaza, al igual que en Galerías Escalón, más que soportar las serpenteadas y extensas colas, la venta de boletos, mientras se mantuvo, transcurrió sin sobresaltos.
En Digicel de Metrocentro las cosas iniciaron y terminaron mal. El sitio aglutinó unas 2,000 personas y como no se abrió el establecimiento a la hora estipulada, la hinchada se desesperó y optó por protestar, acción que acabó por suspender la actividad, que dejó un vidrio roto y movilizó incluso a los cuerpos de seguridad.
“¿Cómo se les ocurre vender boletos en un centro comercial?”, cuestionó un inspector de la Unidad de Mantenimiento del Orden de la Policía que se hizo presente al lugar.